No te va Gustar en el Hipódromo de Palermo. No hay lluvia que pare las alarmas

No te va Gustar está entre las bandas más convocantes de la actualidad. Comparte ese privilegio con otra banda uruguaya, La Vela Puerca. Y está bueno tener presente lo de uruguaya, porque en ese afán de apropiarse de todo a veces caemos en la tentación de pensar que son de acá. Comparten también cierta lírica. Cuando la Vela habla de “algún día va a escampar”, NTVG habla de “que nunca va a parar y va a parar”. Ese optimismo (realista) hizo falta para que la lluvia parase luego de que a mitad de show diluviara tanto que puso en peligro la continuidad del espectáculo. “Un tema más amigos. Y se terminó” había anunciado Emiliano Brancciari, antes de que ocurriera el milagro.

Todo había empezado más temprano de los previsto (para ganarle la carrera a la lluvia) con el Mundo me comió a mí, Destierro y Al Vacío.

No Te Va Gustar fue mutando estos 20 años y eso se nota en cada show. El tiempo ha hecho que su sonido tenga una impronta más internacional y menos uruguaya y es una opción sobre la que nada se puede decir, más aún cuando ellos mismos no olvidan de ese pasado. Para muestra, uno de los momentos más emotivos se dio a la hora de El oficial, incluido en Todo es tan Inflamable cuarto disco de la banda, mientras las pantallas mostraban la imagen de Santiago Maldonado.

La banda no perdió de vista que se presentaba su nuevo disco Suenan las Alarmas, pero estuvieron todos los clásicos, que a esta altura son muchísimos. La lluvia cesó en Cero a la izquierda y de ahí en más llegaron No hay dolor y Te voy a llevar. Ya no hubo más amenazas de lluvia aunque las alarmas siguieron sonando. Así es el presente de la banda, un tiempo de masividad, permanencia y cambio. Pero sobre todo de sencillez y honestidad. Eso no ha cambiado.

Guillermo Cerminaro