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Crónica| Lollapalooza, día 1: electrónica, indie y duro metal


El Lollapalooza empezó con todo. Con entradas agotadas, 100 mil personas vibraron durante la primer fecha en el renovado predio de San Isidro.

Viernes soleado con una temperatura ideal para disfrutar de 26 recitales a lo largo de la jornada, la cual contó asistencia perfecta desde muy temprano. La grilla de los recitales comenzó de manera puntual a las 12.45. Los encargados de comenzar a musicalizar la jornada fueron La Maquina Camaleón y Joystick, quienes ofrecieron shows para sus más fieles fans.

Más tarde fue el turno de los californianos Silversun Pickups ya con un poco más de convocatoria se presentaron en el Main stage 2, interactuaron con el público y los hicieron saltar al ritmo de sus hits. Con un sonido crudo y rockero Leon Gieco disipó las todas las polémicas previas en las redes sobre su presencia, fusionándose con la juventud de los hermanos Taranto reinventaron clásicos e hicieron cantar y saltar a más de uno.

Entre show y show, el festival ofreció diversas actividades como el Espíritu Verde, Rock & Rycicle, un patio gastronómico con mucha variedad y el Kidzapalooza . Diferentes objetos y curiosidades decoraron la locación, que este año es mucho más grande, como un hipopótamo gigante llamado Coco, camas de madera en forma de vaca y un cartel que muchos tomaron como punto de encuentro con la frase Love is All en amarillo. En esta cuarta edición del Lolla, la distribución de los escenarios es completamente distinta con un promedio de 500 metros entre uno y otro. No faltaron los que se animaron a cautivar con sus estilos, maquillajes con glitter, cabelleras de colores y disfraces de personajes de ficción.

Los británicos de Glass Animals deslumbraron a la audiencia con sus riffs más eléctricos, sus aterciopelados teclados y sus clásicos loops. Sin dudas dos de los momentos culmines del show fueron el acercamiento del vocalista al público para recibir una bandera argentina con los nombres de los integrantes del grupo y la entonación de su tema Pork Soda, donde arrojaron su icónico ananá al público.

Entrada la tarde Cage The Elephant dio una actuación explosiva en el Main stage 1. Vistiendo camisa roja, pantalón negro y botas doradas, Matt Schultz abrió el repertorio con Cry Baby e interpretando temas como Cold Cold Cold, Trouble, Tell Me I’m Pretty de su disco más reciente, además de Spiderhead y Ain’t No Rest For The Wicked, por nombrar algunos clásicos de la banda. Un sonido prolijo y un show que elevo la temperatura en San Isidro cuando caía el sol.

El escenario Perry’s hizo bailar a la juventud durante toda la jornada pero sin dudas su punto culmine fue cuando el brasilero Alok subió al escenario. Con un setlist súper dinámico donde no faltaron sus remixes de Coldplay y Oasis y explosiones de papelitos metalizados que coronaron el show del reconocido Dj.

Por primera vez en el país Rancid hizo delirar a sus fans. La banda punk que causó furor en los ’90, dio un recital histórico donde repasaron temas de larga data como Nihilism, East Bay night y Salvation se amalgamaron con novedades como Last One to Die y Honor Is All We Know, haciendo poguear a sus fans con los cuales saldaron una deuda de más de veinte años.

Para bajar un par de revoluciones The XX dio inicio a su show con el tema Say Something Loving. Los londinenses coparon el Main stage 2 a las 20.30hs en la ante sala a lo que seria el recital más esperado del día, una puesta en escena minimalista, un set prolijo y un sonido impoluto, el trió indie puso a bailar a gran parte de los presentes.

Un par de minutos de retraso le agregó mística al plato fuerte de la noche, con proyecciones de cementerios en las pantallas y luces bajas en el escenario, anticiparon la salida de los músicos. Hardwired empezó a sonar y los fanáticos comenzaron a vibrar un show único de Metallica. Durante dos horas la banda oriunda de San Francisco acaparó la atención absoluta del público.

"No importa qué música te guste, de qué país seas, qué religión tengas, ni tampoco tu partido político. Hoy estamos todos acá. Bienvenidos a la familia Metallica" fueron las palabras de James pocos minutos después de salir al escenario. Interpretaron temas de su mas reciente disco y no faltaron sus clásicos trasheros, Master Of Puppets, Harvester Of Sorrow y la épica One. “Lars me dijo que nunca la tocamos en Argentina”, se justificó James Hetfield y empezó a tocar los acordes de Hit The Lights. Las actuaciones de los músicos se reflejaron en las pantallas dándole un sabor extra al recital, Robert Trujillo, el ex músico de Ozzy Osbourne, tuvo su momento: con su paso de mono y sus trenzas mantuvo la intensidad con un solo de bajo mientras el resto de la banda se preparaba para salir nuevamente en escena. El público completamente extasiado coreaba “Ole, ole, ole, Metallica”. Sonaron "The Memory Remains", "Seek and Destroy", "Sad But True" y fue el turno de que se luciera Kirk Hammet interepretando sus solos de guitarra hasta destrozar las cuerdas con sus dientes. El momento de los bises llegó con "Battery", la balada "Nothing Else Matters" y, como broche de oro “Enter Sandman", con un show de fuegos artificiales para culminar la primer jornada del festival.

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