Review: Love -Temporada 2
La tragicomedia romántica creada por el director/productor/escritor Judd Apatow (Freaks and Geeks; Ligeramente embarazada; Girls), aterriza en Netflix con su segunda temporada. La fórmula de Apatow continúa aggiornándose y dando como resultado una de las comedias más atractivas de la actualidad.
Cómo venía la mano
Recordemos que en la primera temporada, estrenada en febrero de 2016, Judd Apatow nos presentaba a Gus y Mickey (Paul Rust y Gillian Jacobs), unos treintañeros con personalidades bastante opuestas cuyos caminos se cruzan por casualidad en un mini mercado de Los Angeles. Ella trabaja de asistente en un programa de radio y es adicta a todo lo imaginable: alcohol, drogas varias, sexo y relaciones amorosas tóxicas. Él es maestro tutor de una niña actriz en el programa de TV Wichita y es un cinéfilo, fácilmente categorizable como nerd, que se divierte en su tiempo libre creando bandas sonoras de películas viejas con sus nuevos vecinos. Ambos acaban de terminar una relación y encuentran en el otro un poco de armonía para intentar maquillar sus patéticas vidas. Mickey ve en Gus el equilibrio emocional que necesita para comenzar una relación sana, mientras que Gus se siente atraído por la actitud arrolladora de Mickey que lo invita a arriesgarse y salirse de los parámetros de los predecible y aburrido. Pero en sus empeños por construir un vínculo normal, las cosas se les terminan yendo de las manos y Mickey toma la decisión de distanciarse para tratar de lleno sus adicciones.
Una vuelta de tuerca
La segunda temporada comienza exactamente adonde terminó la primera parte, en la puerta del famoso mini mercado donde la pareja se conoció. Allí, Mickey le pide disculpas a Gus y le explica, entre llantos, que ha resuelto no entablar ninguna relación sentimental por un año, a lo que Gus le responde interrumpiéndola con un beso. La situación se torna confusa y Mickey quiere ser fiel a la decisión que tomó, aunque deja claro que desea continuar viéndolo en plan de amigos. La noche acaba pareciéndose a una insólita secuencia de película, con persecución policial incluida, obligando a Mickey a quedarse a dormir en el departamento de Gus. No hay más besos, no hay sexo, ambos se reprimen para respetar el acuerdo.
Con el paso de las horas, tanto Mickey como Gus no pueden evitar extrañarse y así empiezan las cataratas de mensajes por WhatsApp, las visitas con excusas y las salidas. La abstinencia se dificulta para Mickey luego de una divertida cena con Gus en un restaurant y terminan teniendo sexo en el estacionamiento del lugar. Adiós al acuerdo y bienvenidas las segundas oportunidades. O no, porque con estos dos personajes nunca se sabe.
La pareja más improbable de la Tierra transita los primeros capítulos de esta temporada de una forma mucho más agradable que antes los momentos cotidianos de la vida. Mickey y Gus comparten un día entero juntos, salen al cine, hacen una escapada a la playa, van a la fiesta de trabajo de Mickey y todas esas cosas comunes y esperables en una relación. Hasta una noche desencajada junto con Bertie y Randy en el que todos, excepto Mickey por su compromiso de seguir con el tratamiento, prueban un viaje alucinógeno con hongos cuyo efecto lleva a Randy a violar una propiedad privada.
El temperamento conflictivo de Mickey y la manía de Gus por mantener el control de todo, hacen que tarde o temprano la relación entre en crisis. La conjunción de la visita inesperada del padre de Mickey, la responsabilidad de cuidar una mansión de un amigo de Gus que está de vacaciones y que los obliga a convivir unos días como si fueran marido y mujer; y la relación a distancia que deben mantener durante los 24 días en que Gus debe ausentarse de Los Angeles por motivos profesionales; logra que la bomba estalle en mil pedazos. Sin embargo, y ante el pronóstico que anticipaba que nuevamente seriamos testigos de otro fracaso amoroso, Mickey toma partido de la situación y se hace cargo de lo que realmente quiere.
Una compleja etapa entre Gus y Mickey está a punto de empezar. ¿Podrá esta pareja sortear todos los miedos y obstáculos que plantea el compromiso y la idea de exclusividad? ¿Se volverán más dependientes el uno del otro o se complementaran en pos de alcanzar una madurez emocional? Tendremos que esperar hasta el 2018 para saberlo.
Hay vida más allá de Gus y Mickey
En esta segunda temporada de Love, es destacable el lugar que se les da a los actores secundarios. El microcosmos de Gus Cruikshank y Mickey Dobbs se expande gracias a personajes como el de Bertie, la roommate australiana de Mickey, interpretada por una excelente Claudia O'Doherty. En el transcurso de estos 12 nuevos capítulos, no solo disfrutaremos de las desventuras de la pareja protagonista, sino que vamos a ser testigos del nacimiento de otra relación amorosa complicada: Hablamos del vínculo entre Bertie y Randy (Mike Mitchell), el amigo de Gus con serios problemas emocionales que no tiene trabajo y vive de prestado. El personaje de Bertie resulta uno de los más ocurrentes de la serie y esta historia paralela le otorga la posibilidad de lucirse aún más.
La fórmula Apatow
Judd Apatow quizá sea el tipo con mayor tacto al momento de plasmar en una pantalla las vicisitudes de una persona en camino hacia la madurez. Películas como Virgen a los 40 (2005) o Ligeramente Embaraza (2007) nos introducen, desde el humor, en relatos hiperrealistas sobre las desprolijidades de las relaciones humanas. Apatow logra no solo personajes e historias fácilmente identificables sino que en su momento trascendió el género de la comedia norteamericana, donde la mayoría de los directores optaban por una sobrecarga de situaciones absurdas y chistes simples cada dos minutos, concediéndole el espacio de observación y reflexión que merece.
En Love, el creador utiliza de manera sutil el humor para contarnos la vida de dos inadaptados sociales y sus luchas internas por construir un algo en ese caos de sensaciones. En esta segunda temporada, Apatow pone el acento en mostrar los miedos y deseos de encontrar cierta estabilidad, los dramas familiares que no podemos superar, la idea futura pero siempre presente de los hijos y el sentirse cuidado por otra persona.
Podemos afirmar que Love es una ficción romántica por excelencia, ya que no intenta idealizar el amor sino entregarnos su versión más cruda y cotidiana. Esto es Judd Apatow 2.0 en estado puro.