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Review: T2 Trainspotting (2017)


Nada ha cambiado, ni siquiera después de 20 años. Renton, Sick Boy, Begbie y Spud siguen siendo los mismos desgraciados. Renton (Ewan McGregor) decide volver a Escocia, quizá por culpa, quizá simplemente por diversión, y se entera que su madre falleció hace un tiempo; Sick Boy (Jonny Lee Miller) todavía se tiñe el pelo como un adolescente, se gana la vida estafando a la gente y toma más cocaína que agua; Begbie (Robert Carlyle), la escoria de las escorias, se fuga de la cárcel para volver otra vez a psicopatear a todo humano que lo rodeé, incluso a su esposa e hijo; Spud (Ewen Bremner), el único que podría desligarse de ésta lista de desgraciados poniendo uno o dos gramos de voluntad, sigue siendo un heroinómano.


El primer acto del metraje transcurre sin un aparente nudo del todo visible, recurriendo a mostrar algunos viejos chistes pero desde un ángulo más fresco y, también, revisitando viejos personajes como Diane, la otrora estudiante y ahora abogada y el propio Welsh en su papel de Mikey, un dudoso traficante clase B. La historia logra desligarse un rato de su antecesora cuando entra en escena Veronika (Anjela Nedyalkova), único personaje nuevo, una prostituta búlgara que hace las veces de novia y socia de Sick Boy, con quien quiere establecer un burdel en las zonas alejadas de Edimburgo mediante la ayuda de Renton.


“Primero hay una oportunidad, luego una traición”, dispara en más de una ocasión –¿el inocente?– Spud, a propósito de la runfla que lo rodea y los viejos fantasmas. Y es que probablemente con esa línea se puedan simplificar las dos obras de Irvine Welsh, Trainspotting (1993) y Porno (2002), llevadas a la pantalla grande por Danny Boyle desde la dirección y John Hodge desde la adaptación en ambas oportunidades (Porno con bastante más libertad). A estas personas no les importa la amistad, mucho menos la familia, ni hablar de cuidar al de al lado. Son malas personas, en efecto Renton lo afirma con una sonrisa al final de la primera entrega y termina de ratificarlo en esta segunda parte.


De todas maneras, a pesar del refrito y de estar a la sombra de uno de los mejores filmes de los ‘90, T2 Trainspotting es una secuela decente y respetable, que se yergue sobre los pilares de la nostalgia, la traición y un buen chiste que quedó gravitando en el tiempo: choose life.

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