Review: El Canal del Demonio
El Canal del Demonio (The Canal) es una película irlandesa de Ivan Kavanagh estrenada en 2014 y que finalmente este jueves 3 de noviembre llega a las salas argentinas. El film narra la historia de David Williams (Rupert Evans), un archivero de películas que a partir de un antiguo material descubre que en 1902 se produjo en su casa un terrorífico crimen. Allí, un hombre asesinó a su esposa y la tiró en el canal de agua cercano a la casa. Paralelamente, nuestro protagonista se entera que su mujer lo está engañando la misma noche en que ella desaparece misteriosamente. David, que es el principal sospechoso para la policía, cree que ambos sucesos están relacionados y comienza a ser perseguido por los fantasmas del pasado.
Estamos ante una película predecible ya desde la primera media hora. La incógnita que propone el guion, acerca de si David está alucinando con los fantasmas y en realidad es el responsable de haber asesinado a su esposa Alice, no logra inquietar ya que resulta muy evidente todo su posterior desarrollo y confirmación. No hay giros inesperados ni golpes fuertes y las escenas durante la última hora se vuelven lentas y repetitivas. Pareciera que Kavanagh recicló lo mejor de algunas producciones de terror sobrenatural como Sinister para introducirlo en un thriller psicológico de baja tensión que carece de originalidad. De hecho, si hablamos de originalidad, hacía el final de la película el espectador podrá ver una escena que es casi un plagio a un momento clásico de La Llamada.
Hay que destacar que la actuación principal, en este caso la del inglés Evans (conocido por su personaje de agente del FBI en Hellboy), es uno de los puntos fuertes de la cinta. A pesar de la falta de un guion favorable, el actor logra representar muy bien su papel y el desborde mental que lo va transformando en los 90 minutos de duración. El dramático desenlace del niño Billy, el hijo del matrimonio Williams, también causa sorpresa y junto con la escena del escalofriante nacimiento en la alcantarilla son una de las pocas secuencias que generan cierto impacto.
El Canal del Demonio es una película que seguramente pasará por la cartelera sin pena ni gloria. Un film poco innovador que se escuda en su humildad y ausencia de pretensiones para que el espectador no avezado en el género pueda ir a verla sin más expectativas que un entretenimiento pasajero.