Review: Luke Cage - Temporada 1
Siguiendo el camino trazado por Daredevil y Jessica Jones, el pasado 30 de Septiembre se dio a conocer la tercera serie de Marvel/Netflix que tiene como figura central al afroamericano a prueba de balas Carl Lucas, más conocido para los amigos como Luke Cage (Mike Colter). Con un tono cercano al género blaxploitation, aunque más destacado desde lo musical que en el tono visual, la serie del héroe irrompible no goza de la poderosa fuerza de su protagonista. Un actor poco carismático en su rol y una trama que sufre grandes problemas a la hora de desarrollarse no ayudan mucho a una serie que está lejos de encontrarse a la altura de las producciones previas del mismo universo.
Luke Cage intenta vivir al margen de los problemas criminales que se viven día a día en el barrio de Harlem. Teniendo dos empleos, barriendo suelos en una barbería y lavando platos en el club nocturno Harlem’s Paradise, pronto los problemas tocan a su puerta (o la vuelan a disparos) involucrándolo entre la corrupción política de la concejal Mariah Dillard (Alfre Woodard) y el tráfico de armas liderado por el mafioso Cottonmouth (Mahershala Ali). Los conflictos y la toma de posición que lleva a Luke a hacer algo por sus seres queridos y la gente de Harlem se ven rodeados por discursos de inclusión social y referencias al tortuoso pasado de la comunidad negra nada sutiles a la hora de hacerse presente en boca de los personajes. La reiteración y el remarcar ciertos estereotipos vuelven temas importantes como los derechos humanos y el racismo en un cliché banal sin poder alguno de movilización o profundidad de discurso.
Eso mismo, sumado a que la historia tarde ocho episodios para delimitar una trama concisa, hace que personajes y situaciones giren en repetitivas ocasiones como lo son los diálogos amenazantes de los villanos, las arengas al héroe o la frustración de la detective Misty Knight (Simone Missick) ante la impunidad de los criminales. El show denota un gran estiramiento en la historia como quien intenta rellenar en los establecidos trece episodios lo que podría haberse contado de manera más efectiva en ocho. La serie, dentro de la falta de interés argumental que genera en esos prolongados momentos que no aportan demasiado, halla notables logros que permiten rescatar del olvido a un puñado de episodios. Aquellos que cuentan la historia de origen del héroe (episodio cuatro) y del villano (episodio siete) profundizan un poco más bajo la piel de personajes algo toscos en su construcción estereotipada. Incluso la serie permite darle un mayor protagonismo a Claire Temple (Rosario Dawson), ese personaje nacido en la serie de Daredevil y que aquí termina siendo bien aprovechado con gran presencia en pantalla y, por ende, logrando conocer más a la ex enfermera de Hell’s Kitchen.
El otro atractivo de la serie es lo referido a las escenas de acción. No tan increíbles como las del héroe no vidente, que requieren de una excelente combinación entre la puesta de cámara y las coreografías de batalla, las luchas entre Cage y la mafia de Harlem tiene un buen despliegue cuando se refiere a mostrar la capacidad indestructible del protagonista. No siempre bien resueltas desde la calidad actoral pero sí desde lo técnico, los enfrentamientos de lucha como cuando Cage se adentra en la guarida de Crispus Attucks defendiéndose con una puerta de auto como escudo o el tiroteo dentro de Harlem’s Paradise son grandes momentos visuales del show. Ciertas sorpresas desde la trama como el asesinato pasional de Mariah y la aparición de un segundo y misterioso villano conocido como Diamondback (Erik LaRay Harvey) le aportan una dosis efectiva de vueltas de tuerca narrativas que logran despertar cada tanto al espectador del letargo ocasionado.
Sin embargo, el resultado final de Luke Cage es un producto muy desparejo, con episodios y momentos muy notables al igual que escasos. El personaje demostró en Jessica Jones funcionar muy bien en un rol secundario pero en uno principal la responsabilidad es mucha y tanto el show como el barrio de Harlem le queda grande a este fornido justiciero. Cuando se vuelva a verlo el año que viene estará formando equipo con el resto de los héroes de Hell’s Kitchen y alrededores en The Defenders. Un augurio de que, estando lejos de ser la figura central, el hombre de la piel irrompible vuelva a ser efectivo lanzando golpes con la fuerza necesaria para sorprender de buena manera a todo el público. Ese que quiere lo mejor de este universo de series. Siempre.