Review: Nada es lo que parece 2
Los cuatro jinetes (Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Dave Franco y la nueva incorporación femenina, Lizzy Caplan) vuelven para un último gran truco de magia. En esta segunda aventura, el grupo de ilusionistas liderados por Dylan Rhodes (Mark Ruffalo) se encuentran en una sorprendente aventura que los lleva a recorrer el mundo.
Tras permanecer un año escondidos de la sociedad, Dylan les presenta a Lula (Caplan), su nueva compañera y prepara un plan para volver a los escenarios. Los jinetes, reconocidos por haber engañado a la policía con sus increíbles y masivos espectáculos en donde exponen a personajes deshonestos y buscan recompensar a aquellos que fueron estafados, regresan para descubrir la verdad detrás de uno de los magnates de la industria del software, Owen Case (Ben Lamb).
Sin embargo, el acto no resulta como parece y los jinetes quedan al descubierto. Al querer escapar del lugar, son secuestrados y enviados China. Allí los espera la cara detrás de todo esto, Walter Mabry (Daniel Radcliffe), quien resulta ser no solo el socio del Magnate Owen Case, sino también un hijo ilegítimo de Arthur Tressler (Michael Cain) a quien un año atrás despojaron de todos los ahorros que tenía en su cuenta. Para recuperar su libertad, Walter les exige que recuperen un poderoso chip con la capacidad de infiltrarse en cualquier computadora, y así, obtener el acceso a todo aquello que desee.
Es así que una vez más deben enfrentarse a su fiel adversario Thaddeus Bradley (Morgan Freeman), al FBI que sigue sus pasos y a los acaudalados nuevos enemigos, en una carrera por engañar a toda una ciudad y con la esperanza de realizar el truco de magia que los salve. Con un ritmo constante y un balance entre acción y diversión, esta película puede ser considerada en muchos aspectos mejor que la anterior, aunque en otros, como su inclinación a complicarlo todo para intentar sorprender al espectador, se queda algo por debajo.