Review: El Pulso
Mientras el historietista Clay Ridell (John Cusack) aguarda por su vuelo, un virus se propaga velozmente por el aeropuerto y transforma a los humanos en seres desesperados por matar. Por deducción y/o inercia, el protagonista se da cuenta de que el canal de transmisión se produce a través del contacto directo con los celulares y, luego de un par de trifulcas y explosiones, se topa con Tom McCourt (Samuel L. Jackson) y emprenden la huida y la posterior búsqueda de la familia.
Hasta aquí, a pesar de ser una de zombies –otra vez–, está bien. La premisa es aceptable y el comienzo es aceptable. Todo lo que sigue después, no. Y lamentablemente ya se está haciendo una constante en el currículum vitae del ambiguo Stephen King, escritor del best-seller en el cual está basada la película y, también, aportando como coguionista. Tod Williams tampoco fue un acierto en la dirección, ya que venía desaparecido luego del fiasco de Paranormal Activity 2 (2010).
Recapitulando, los zombies se comunican por telepatía, generando un conglomerado con conciencia colectiva. Es decir: si uno te ve, todos están al tanto. También, para aumentar el porcentaje de subsistencia, evolucionan in crescendo, progresivamente. Así y todo, nunca se termina de dilucidar si los zombies tienen facultades mentales o simplemente son idiotas.
A diferencia de películas como Shaun of the Dead (2004); I Am Legend (2007); Zombieland (2009); o, en el marco de las series: The Walking Dead (2010-); In The Flesh (2013-2014); Ash vs Evil Dead (2015-), ésta película no aporta absolutamente nada nuevo al género. Y no sólo no aporta, sino que todos los sheites utilizados son reciclaje del reciclaje.
El Pulso resulta muy poco precisa, prácticamente inconexa. Carece de sentido que sea expansiva, ya que durante los 98 minutos de metraje abren puertas intentando generar sub tramas con misterios innecesarios sin el tiempo adecuado ni la propia necesidad de hacerlo.