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Zeta Bosio: "El rock ha perdido capacidad de sorpresa"


“La cultura de estos tiempos está marcada por el Twitter y el Facebook, pero no creo que eso perdure mucho”. Así, con un comentario al pasar, Zeta Bosio comienza la entrevista e, inconscientemente, aunque hable sobre un concepto abstracto, está definiéndose a sí mismo. El imaginario popular lo pinta como un músico ligado a la tecnología y a la vanguardia y, de hecho, su trabajo pasado y su proyecto musical actual, Shoot The Radio, respaldan esa idea. Sin embargo, todo en él, todas sus aventuras musicales, o artísticas en general, son de un peso y una relevancia que trascienden al individuo y al tiempo.


No es necesario escarbar mucho ni ponerse a pensar. Entonces: Soda Stereo. “En una de las últimas reuniones que tuvimos con Gustavo le dije que si él pensaba que se iba a liberar de Soda estaba muy equivocado”, recuerda Zeta. Porque, claro, si hay un ejemplo que demuestra que su obra tiene características no-perecederas, es la banda que compartió con Cerati y Alberti. “Nosotros habíamos creado algo tan grande que no íbamos a poder matarlo, la gente se iba a encargar de mantenerlo vivo” dice Bosio, y remata: “Yo estaba seguro que en algún momento íbamos a volver”.


Los ingredientes de esa fórmula de la juventud sonora, esa imposibilidad de envejecer que parece tener la música de Soda Stereo son claros para el ojo de Zeta: “Los tres llegamos con 10 años de experiencia haciendo distintas cosas. Había mucha base de jazz, que como instrumentista te exige que estés afilado”.


De allí, la mutación viró hacia la new wave y, con ella, un concepto fundamental de la música de los 80: “Vivíamos una etapa en la que el rock había copado las pistas de baile y nosotros hacíamos música pensando en esas pistas”. La conclusión, entonces, es clara, concisa y sale de su boca: “Teníamos una buena base, no éramos unos chicos que simplemente agarrábamos la guitarra y nos poníamos a tocar”.


Está claro: Si algo ha hecho Zeta Bosio es de crear productos sin fecha de vencimiento. Pero a partir de allí, el desafío es doble: seguir creando, sin perder la creatividad, esquivando al monstruo del pasado y apuntando a un futuro permanentemente actualizado. La actualidad de este artista, entonces, no puede ajustarse más a ese objetivo.


Hace muy poco tiempo editó bajo la editorial Planeta el libro Yo Conozco Ese Lugar, su autobiografía en la que recorre no sólo su etapa con Soda Stereo, sino también todo su proceso de desarrollo como músico, pasando por sus primeras etapas (“yo reemplacé los juguetes por la guitarra eléctrica, cuando iba de vacaciones a la zona del lago Epecuen, mis padres me dejaban mirando bandas y, al regresar al hotel, armaba un concierto con cacerolas y guitarras de cartón”) y sus colaboraciones con otros artistas. Todo, al ritmo de una vida agitada, entretenida y llena de historias por contar.


“Se piensa que una autobiografía se debe escribir al final de la vida” reflexiona Bosio. “Pero a veces no llegás porque se hace tarde” remata. El motivo, entonces, parece más que lógico. Pero más allá, hay una razón casi lúdica y auto satisfactoria: “a mi me gusta mucho recordar, soy muy de contar anécdotas”. El resultado: “Para mi la historia es más que entretenida, tiene muchos condimentos y no sólo por Soda, dentro de todo tuve una vida bastante linda”. Una vez más, con este libro, todo fluye en la dirección de no dejar que las ideas y los recuerdos se escurran entre los dedos: otra vez, Zeta respalda su idea inicial e involuntaria de apuntar a aquello que perdure para siempre.


A pesar de su aparente reticencia por lo efímero de las redes sociales, Bosio no busca escaparle a la realidad y, una vez más, ese imaginario popular que lo boceta imaginariamente como un tecno-músico termina por ser un dibujo bastante acertado de su orientación musical actual. “Hoy estamos en un lugar donde dominan las computadoras, el sonido lo definen las máquinas, con ellas se pueden sincronizar las luces, las pantallas” dice Bosio, mientras prepara el cachetazo: “En los shows se pasa por una experiencia sensorial muy grande y el rock se ha quedado un poco atrás como espectáculo, se debe trabajar mucho más”. El golpe está dado, pero todavía queda un revés: “Hoy hay mucha comodidad y el rock ha perdido capacidad de sorpesa”. Knock Out.


Shoot The Radio es su nuevo trabajo musical, con un primer disco prácticamente listo para salir a la calle. Allí, Bosio tiene listo todos los elementos de conjuro que necesita, según su entender, una banda del siglo XXI: “Somos como un robocop, una parte humana y una robotizada”. El otro cincuenta porciento del grupo es Fernando Montemurro, el conocido productor de música electrónica. “Para mi, hoy por hoy, el dúo es la forma perfecta, un ida y vuelta inmediato que nos permite llegar a lugares muy lejanos” afirma el ex Soda.


Una rápida búsqueda por la fanpage de Shoot The Radio (/shoottheradio.ok) revela una vez más el espíritu consecuente de Bosio en su militancia por la trascendencia del arte. La biografía de la banda relata: “Shoot The Radio es un viaje por el espacio y el tiempo. El espacio como universo mágico donde vive la música. El viaje como disfrute de la experiencia misma. Y el tiempo, como nosotros queremos significarlo, de la forma que queremos vivirlo”.


Está claro: la cultura de estos tiempos está marcada por Twitter y Facebook y, a decir verdad, nadie sabe cuánto va a durar. Pero hay algo que sin dudas va a trascender: lo escrito, lo tocado, lo vivido, lo grabado. Y de eso, Zeta Bosio tiene mucho.


Artículo publicado originalmente en el número de julio de Revista Spoiler


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