Review: The Fundamentals of Caring
- Juan Martín Nacinovich
- 4 jul 2016
- 2 Min. de lectura

Trevor es un joven de 18 años con las ganas reprimidas de comerse el mundo entero. Cree que no puede, ya que padece del síndrome de distrofia muscular de Duchenne y está postrado en una silla de ruedas. Ben es un escritor retirado, con un importante trauma a causa de una tragedia familiar y se quiere convertir en un cuidador de enfermos, posiblemente para redimirse.
Luego de seis semanas de capacitación, Ben (Paul Rudd) está preparado para el oficio y su primer cliente, claro, es Trevor (Craig Roberts). A pesar del humor cínico y ácido del joven, la química entre ambos es evidente y habla por sí sola. Las primeras semanas como cuidador son aceptables, aunque tediosas. Ben incita constantemente a Trevor a cambiar su rutina de pastillas, televisión y salidas semanales al parque. Con justa razón, quiere que viva su vida y le ofrece llevarlo de viaje.
Elsa (Jennifer Ehle), la madre de Trevor, se va por negocios durante una semana, por lo que el momento calza perfecto para el plan del otrora escritor. Entre un par de idas y vueltas, ella acepta a regañadientes y las peripecias de Trevor y Ben dan comienzo. El destino del road trip: el agujero más profundo del mundo.
La política de Ben orbita cerca del “dar sin esperar nada a cambio” y esto desencaja a Trevor por momentos. Es así como aparecerán dos personajes femeninos potentes para alinear los planetas. Dot (Selena Gomez, decisión tanto arriesgada como acertada de cast), es una joven en pleno auge de rebeldía y se cruzará con el tándem de protagonistas haciendo auto-stop, estableciendo un lazo con Trevor; Peaches (Megan Ferguson), por el contrario, es una embarazada de la tercera edad que hará replantear algunas cuestiones en la cabeza de Ben.
Rob Burnett, la mano derecha de David Letterman en su Late Night Show desde 1996, es la cabeza detrás de la nueva película de Netflix, que sigue apostando cada vez más por un contenido original y cuidado.
The Fundamental of Caring es una road movie llevadera y bien guionada, aunque de a tramos está algo sobrecargada de matices indie, sumando unas evidentes reminiscencias de la exquisita película francesa Intouchables (2011).
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