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“Chabán nos vio tocar y se dio cuenta de que éramos de la misma especie”


La frase es de Daniela Zahra, integrante de Mujercitas Terror. La banda se presentó en el cierre del ciclo Cemento: del under al indie 1985-2016 en el Club Cultural Matienzo junto a Koyi, de La Plata.

Conocer algo desde fuentes indirectas no es comparable con asimilarlo de la forma en que sobrevino el jueves pasado en el CCM donde, para nuestra suerte, el cuento fue narrado en primera persona.


Entrevistamos a Marcelo Moreyra y a Daniela Zahra- quienes junto a Federico Losa forman Mujercitas Terror- que participaron de Clásico Amoral, la obra que dirigió Omar Chaban en Cemento.


Cuando los equipos de Koyi, que reemplazó a Surfing Maradonas, se desconectaron, otra voz se apoderó de la sala. Un proyector imprimió sobre una pared blanca gigante un acto de Clásico Amoral en el que un Omar Chaban recitaba, al desnudo, un monólogo movilizante mientras se tiraba huevos sobre la cabeza y el cuerpo e interactuaba con el público.


En ese momento, esa voz tan conocida retrotrajo a Marcelo Moreyra, mientras armaba el escenario, a los días de Cemento. “Para mí era algo natural porque mientras él actuaba yo también estaba armando el escenario” recordó y agregó: “Omar era como una especie de fantasma, raro, extraño.”


“Fue muy raro escucharlo decir las cosas que decía antes de todo lo que pasó. Es como si hubiese sabido lo que le iba a pasar. Estaba como condenado”, señaló Zahra. Moreyra, por otro lado, coincidió: “Estaba predestinado”, dijo.


¿Cómo describirían el contexto cultural de la época de Cemento?


D: De absoluta libertad y creatividad. Esa libertad daba lugar a una creatividad que a nosotros nos ayudó un montón porque nacimos en medio de todo eso. Ese fue nuestro despertar y nuestra primer experiencia. Quizás ahora alguien va a otro lugar y siente lo mismo que sentimos nosotros en ese momento. Es como el primer amor. Tuvimos la suerte de poder vivir ese momento.


M: Había más lugar para lo extraño, para lo diferente. Era justamente lo que buscaba Chaban, él no buscaba algo convencional. Todos los que actuaban en la obra y todo lo que él hacía tenía que ver con gente que venía, con algo medio retorcido, naturalmente retorcido. Estoy hablando de Clásico Amoral. Siempre hay cosas raras y diferentes pero en esa época había mucho más.


Para la banda, el escenario actual del circuito musical es “malísimo” y afirman que cada vez hay menos lugares para tocar. “Todo va para un lado que no nos interesa tanto”, explica Moreyra. Aquí, las razones por las cuales Mujercitas Terror decide embarcarse, a mitad de año, en una gira por Europa que los llevará a tocar en Barcelona, Madrid, Francia, Suiza, Austria, Berlín e Inglaterra, entre otros.


¿Como fue ser parte de clásico amoral? ¿Qué, de ustedes, piensan que sedujo a Omar a seleccionarlos?


M: La verdad que no me acuerdo como fue que de un momento a otro estábamos ahí mostrándole las canciones. Pero enganchó y nos pidió que hagamos más. Era una música especial la que hacíamos.


D: El nos vio tocar como banda primero y se dio cuenta de que éramos de la misma especie. Fue raro porque el ambiente de Cemento era más de teatro. Él, aunque parezca raro, tenía un cierto rechazo hacia la música. Decía que odiaba el rock y en parte era cierto. Su pasión era el teatro.


M: De hecho, nosotros a veces llegábamos antes a la obra y empezábamos a probar sonido mientras que él llegaba y cuando escuchaba que había ruido de rock se enojaba.


D: Me parece que él vio que nosotros no éramos sólo una banda de rock. Había más cosas.


Completaban con la estética, tenían ese plus.


D: Claro, no era solo rock.


M: Sí, no nos quería para eso. Justamente, lo que él hacía en la obra no tenía nada que ver con el rock.


En la mitad del show de Mujercitas Terror, se hizo presente, nuevamente, la voz de Chaban: “Mandame las canciones Daniela” grababa, con un tono impaciente, en el contestador del teléfono de la cantante y bajista.


D: Las canciones que hacíamos para la obra eran como de cajita de música. Eran como cancioncitas, no eran ruidosas. Fueron como un flash musical.


M: Y ahí quedaron. No hicimos nada con esas canciones, no las grabamos. Una vez habíamos grabado algo pero no quedo nada. Ese material, aunque lo tenemos, no lo editamos.


Las ediciones de Fiesta Muda comenzaron al calor de la tragedia de Cromañon. ¿Piensan que fueron una buena alternativa en el medio de tanta restricción?


M: La primera fue después de Cromañon y la cancelaron. Hablábamos con él siempre y le decíamos que había que encontrar una alternativa para zafar ese momento. Él estaba re mal porque no podíamos tocar. Decía que había que crear algo que vaya mas allá, que no pueda ser ubicable. Así hicimos esta fiesta. Tratábamos de seguir tocando de alguna manera


D: Él había impulsado un montón de cosas y a la vez se sentía culpable porque, a pesar de todo eso que había creado, también se lo vinculaba con haberlo destruido. Cosa que no comparto en absoluto.


Mujercitas Terror tocó canciones de Fiesta Muda y de Excavaciones, su segundo disco. A su vez, Fiesta Muda fue editado por el sello norteamericano Stereo-Neg que lanzó, hace unos días, una edición especial para el público anglosajón. Previamente, fueron seleccionados por el mismo sello que, con una investigación de por medio, lanzó South América is Part Of The Problem, un compilado que reúne 25 canciones de artistas similares al trío argentino que partirá en septiembre a una gira por Europa.

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