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Wet Hot American Summer, First Day of Camp: Verano del 81



Cuando en 2001 la comedia Wet Hot American Summer vio la luz, tanto la crítica como el público les dieron la espalda a los jóvenes campistas veraniegos. El film presentaba historias corales acerca de los encargados del campamento judío Firewood a comienzos de 1981, todas ellas protagonizadas por futuras grandes estrellas y comediantes del Hollywood actual. Bradley Cooper, Paul Rudd, Elizabeth Banks, Christopher Meloni, Amy Poehler, entre otros se paseaban por el campamento haciendo de las suyas. El film, visto entonces y también hoy en día, no llega a alcanzar la meta de toda comedia: hacer reír al espectador. La parodia de las tontas y cursis comedias sexuales de verano, que en nuestro país fueron reversionadas en films como La playa del amor o La carpita del amor (con Ricardo Darín y Cacho Castaña diciendo presente) o en la telenovela Verano del 98, termina convirtiéndose en una más de ellas perdiendo su rol de parodia.


La ópera prima de David Wain (director y guionista que venía de la televisión) posee un humor escueto que, a pesar de percibir el remate de cada gag, la carcajada no llega casi nunca a concretarse. Apenas se esboza una sonrisa en el rostro que no la separa demasiado de simpática a la lástima. Dentro del oscuro abismo de comedia también se hallan momentos que brillan en su interior, logrando que al verlos se destaquen por sobre todo. Así es como brindan los mejores momentos los montajes musicales cuando los campistas salen a tomar drogas duras en la ciudad, la preparación marcial con Gene y Coop (Meloni y Michael Showalter, también guionista del film) al estilo Karate Kid con el tema Higher & Higher o cada aparición de Andy (Rudd) en el film. Quizás por ello y sus ya crecidas estrellas es que terminó convirtiéndose en un film de culto, lo cual no quita que sus fallas se hagan visibles. Para muchos pasó a ser uno de esos placeres culposos que el séptimo arte sabe brindar. A pesar de que éste no sea del todo uno de ellos, el cine ha sabido brindar unos cuantos a lo largo de su historia como Escape from L.A. (John Carpenter, 1996), The Beach (Danny Boyle, 2000), The Faculty (Robert Rodriguez, 1998), entre otros. Sin embargo, gracias a sus fallas y al culto que se hizo de las mismas se logró lo impensado: que quince años después el mismo producto, equipo y estrellas se reunieran para volver en forma de fichas… es decir de miniserie y traer a la pantalla la precuela titulada Wet Hot American Summer: First Day of Camp.


La miniserie lanzada en la plataforma de streaming Netflix es un claro ejemplo de que algo ridículamente malo puede ser extraordinariamente bueno. Wain y Showalter le son fiel al espíritu de comedia ochentosa del que hacían gala en su film de 2001 pero de una manera irreverente que se supera en cada uno de los ocho episodios y termina ofreciendo un material superior al original. Los creadores aprovechan esta segunda oportunidad y deciden poner de todo en la parrilla. Cuanto más inverosímil y ridículo mejor. La misma fórmula es la que permite volver a ver a los actores del film haciendo de adolescentes cuando ya todos notoriamente están pasando sus treintas (menos Paul Rudd que al parecer sufre un leve caso de Benjamin Button).


Así como el film presentaba el último día del campamento de verano, la serie hace lo mismo con el día inicial. El formato televisivo y su extenso desarrollo (una duración de cuatro horas aproximadamente) le juega mucho a favor a la historia y los personajes de Wain y Showalter. Siguen habiendo tiempos muertos y gags que fracasan en su performance, pero al estar junto a tantas tramas y apariciones especiales por episodio se pierden entre todo lo bueno que ofrece. La duración de media hora por episodio también implica un crescendo de gags por minuto, por lo tanto los malos duran poco y los buenos hacen que el espectador se tiente y ría incluso cuando ya se encuentra rápidamente en otra escena.


A las viejas caras del film, las cuales implicaron un gran esfuerzo para todo el equipo ya que actores tan demandados como es el caso de Bradley Cooper debieron realizar todas sus escenas en una sola jornada de filmación, se les suman otras de la (ya no tan) nueva comedia americana. Jason Schwartzman es Greg, la mano derecha de Beth (Janeane Garofalo del film original) la futura directora del campamento. Ambos deberán luchar junto a la ayuda del abogado Jim Stansel (Michael Cera) contra una importante empresa que arroja residuos tóxicos en los límites del campamento, a la vez que huyen de un “robótico” asesino a sueldo conocido como The Falcon (John Hamm). Al mismo tiempo hay lugar para historias de seducción como la de Andy y Katie (Marguerite Moreau), y de romances fugaces como el de Gail y Gene (Molly Shannon y Meloni también regresando a sus roles) o Gail y Jeff (Randall Park) o Gail y Ron (Judah Friedlander), todos en tan solo un día. La serie también presenta un lado desconocido de Lindsay (Elizabeth Banks), quien ahora se revela como una periodista encubierta en busca de Eric (Chris Pine), una desaparecida estrella de rock con dejos de un enloquecido Brian Wilson, el otrora líder de los Beach Boys.


Más allá de lo ridículo de los hechos, la preocupación y empatía por los personajes encuentra su lugar en el campamento, hecho que quince años atrás era imposible que ocurriese. La ambientación ochentosa es otro de los grandes logros, sea en vestuario o fotografía, pero donde realmente se destaca es en su banda sonora. Craig Wedren, quien se había hecho cargo del tema Higher & Higher del film, compone toda una banda sonora original que, de no saberlo, bien podría tratarse de una selección de temas de los años ochenta. Los canciones además de graciosas (se recomienda fervientemente escuchar I am a Wolf, You are the Moon), tienen un estilo techno y retro que se queda grabado en la memoria y lo encuentra a uno tarareándolos días después.


La nueva comedia americana ya hace tiempo encontró su lugar en el cine en casos como el de Judd Apatow (The Forty Year Old Virgin, Knocked Up), Nicholas Stoller (Get Him to the Greek, Neighbors) o Seth Rogen y Evan Goldberg (This is the End, The Interview), y si bien en la televisión también lo ha hecho (The Office US, The Mindy Project, Brooklin Nine-Nine), hay una gran diferenciación entre el tratamiento que se le da en cine y el dado en tv. El producto final que resulta ser Wet Hot American Summer: First Day of Camp logra darle ese estilo y ritmo sin freno que suele encontrarse en cine pero no tanto en la pantalla chica (el que pertenezca a Netflix es otro factor que le ofrece mayor libertad que otras cadenas) y termina poniendo en evidencia que el lugar que mejor le sienta a Wain y cía. es en la televisión. La miniserie acaba de ser renovada con otros ocho episodios que situarán a la vieja pandilla diez años después, convirtiéndose en una secuela directa del film, ahora llamada Wet Hot American Summer: Ten Years Later. Wain y Showalter seguirán haciendo de las suyas en 2017 (o 1991 según cómo se mire) en sus roles de director y guionista, lo que significa que por ahora este solo ha sido el primero de muchos días de campamento.

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