Review: Weezer- The White Album
Primero fue el azul en 1994. Luego llegó el verde en 2001. Y para el 2008 fue el turno del rojo. Pasaron siete años y un nuevo color debía hacerse presente en el nuevo disco de Weezer. Ahora le tocó a uno acromático: el blanco, que obviamente rememora a The Beatles por su nombre. Y desde aquel “The Red Album”, Rivers Cuomo parece estar en buena racha en los últimos años, porque al muy bueno “Everything will be alright in the end”, le sucede este White album que confirma el renacimiento de la banda luego de algunos pobres materiales.
La influencia se deja ver desde la primera canción, el enérgico power pop “California Kids” que recuerda en sus coros a Beach Boys, uno de las más grandes bandas de California.
Los teclados comienzan a aparecer de forma prominente a partir del segundo tema “Wind in your sail”, con una extravagante letra de Cuomo que ubica a Darwin y Mendel en la relación de una joven pareja californiana.
“Thank God for the girls”, el single que apareció hace unos meses con el Papa Francisco en su portada, inicia con 45 segundos en los que Cuomo escupe palabras hasta llegar al éxtasis con su particular forma de agradecerle a Dios.
“(Girl we got a) good thing” tiene un comienzo acústico y un alegre solo de guitarra que vuelve a recordar a Brian Wilson. En tanto que en “Do you wanna get high?” nos lleva a la época de Pinkerton para contarnos lo que es empastillarse con una novia. Y el amor continúa con “King of the World”, en donde además de ser una canción totalmente dedicable a una pareja (“si yo fuera rey del mundo, vos serías mi chica”), tiene un delicioso puente obra del productor Jake Wilson.
“Summer Elaine and Drunk Dori” es una hermosa melodía pop con alguna que otra influencia pixieana que se mezcla pero que no llega a ser de lo más destacable de la placa. La influencia de Tinder en la composición, se nota en la balada power “L. A. Girlz” que empieza con una distorsión y vuelve a poner arriba al disco con un espectacular doble solo de Cuomo. Precisamente, a Cuomo se lo nota en “Jacked Up” como si tuviera que demostrar que puede hacer falsetes y, pese a los buenos arreglos del tema, no termina de encajar en la obra completa del álbum.
El cierre llega con “Endless Bummer”, una hermosa canción acústica que alcanza su clímax a base de solos de guitarra y una potente batería sobre el final hasta terminar con el sonido del mar de la costa oeste de Estados Unidos.
Así finaliza la última obra de Weezer que mezcla playa, chicas, guitarras y teclados. El resultado es positivo y a la espera que lo que empezó “Everything will be alright in the end” continúe y que las ofertas para que se retiren sean solo una anécdota. Por ahora, con material así, no llegarán.