Entrevista con Gonzo Vizan
Gonzo Vizan es uno de los más importantes comediantes emergentes de la escena porteña. De a poco, a base de su humor y su pasión por la risa, se fue haciendo un lugar en la escena. Si todavía no lo conocés, este es un gran momento.
¿Con quién estudiaste?, ¿Cómo fue tu primer acercamiento al Stand Up?
Estudie con Angelici. En ese momento estudiaba producción de radio en Tea, trabajaba de eso. Un compañero me dijo que le parecía simpático y re gracioso y que debería hacer Stand Up. Me pasó el número de un amigo, que me pasó el número de Angelici y ahí hice el curso.
¿Cómo pasas de la radio al escenario?
Fue un proceso: primero trabajaba en la radio y vivía con mis viejos. Después empecé a hacer las dos cosas y vivía con mis viejos. Dejé la radio y vivía con mis viejos. Irme a vivir solo fue una importante decisión, porque la vida de un comediante es inestable y esa inestabilidad me daba miedo. Hasta que un amigo me dijo ”¿Vos querés vivir de esto?, entonces tenés que saber que esa inestabilidad va a estar siempre.” Ahí me decidí.
Pero también fue saber que una cosa me daba más satisfacción que la otra. Yo en la radio hacía personajes, guionaba radio teatros, hacía un programa de cocina que iba los sábados al mediodía. Y por ahí yo trabajaba un montón y no ganaba nada, ni siquiera un “jaja” en las redes sociales. En cambio hacía un rotativo y me llevaba 15 pesos en la gorra o tampoco ganaba nada, pero era el mismo trabajo y me llevaba las risas de la gente.
¿Cuál fue el escenario más importante?
Hubo muchos. Por ejemplo el primer ciclo que tuve en el paseo la plaza. Se llamaba estrés, porque éramos 3. Si, no nos matamos en el nombre. Queríamos linkearlo con los monólogos, yo hablaba de boliches y empezaba “como me estresan los boliches”, pero la verdad es que era porque éramos 3. Además invitábamos a algún conocido, para darle status al show. Y lo que pasaba era que este tipo entraba y la rompía. Eso me daba ganas de mejorar.
Lo que se genera en esos casos es contraste. Cuando vos tenés un grupo de comediantes que son buenos, uno le tiene que dejar el público arriba al otro, porque si a uno le va mal se cae el show. En cambio en este tipo de show que los comediantes no son tan buenos o que recién empiezan, el público se acostumbra a ese humor y cuando sale uno que la rompe le va genial. Cuando hago los shows con Grego Rosello y a él le va genial yo salgo diciendo “bueno voy a dar lo mejor de mí”. Pero cuando no le va tan bien salgo como diciendo “hoy la rompo, esta noche soy Dios”.
Dijiste que hubo muchos, ¿Qué otro escenario importante recordás?
La primera vez que hice temporada. Nosotros teníamos un ciclo todos los viernes y metíamos 40 personas. Mi productor nos propuso hacer temporada, al principio no queríamos, pero la lógica fue: acá volanteamos dos horas y llenamos una sala de 40 personas; si allá volanteamos toda la semana podemos llenar ese teatro de 500 personas. Nos convenció y fuimos.
Volanteamos toda la semana y para el sábado teníamos vendidos 80 tickets. Pensamos: si perdemos, perdemos. A la noche fuimos y había una cola de cómo 600 personas esperando que querían entrar a vernos. Fue muy loco, fuimos por un fin de semana y terminamos quedándonos toda la temporada.
Más arriba hablaste de los capos, ¿Cuándo te sentiste uno de ellos?
Cuando la gente me empezó a felicitar por lo que hacía. Cuando me invitaban a mí a los shows de los chicos que recién empezaban y era yo el que la rompía.
Los videos en instagram, ¿los haces para estar más cerca de la gente o para vender más entradas?
Los hago porque me divierte y la gente se divierte. Vender entradas es una consecuencia porque la gente se hace una idea de lo que va a ver. Pero lo hacía hace mucho tiempo en otras plataformas y no funcionó, en Instagram sí y está buenísimo. Pero si no hubiese sido así lo haría igual, como lo hago en Snapchat y en YouTube y no funciona. Es parte de ponerle el corazón a las cosas. Se ven comediantes que lo hacen por una entrada o para hacerse famosos y no les va bien. En mis videos intento hacer reír siendo yo, un tipo simpático, medio pelotudo. Soy esto.
¿Cómo llegan las ideas para los videos?
Llegan como todo, tienen que ver con esto de mostrar el corazón. Llegan de las cosas de todos los días. Hoy por ejemplo fui a comprar un sillón y me di cuenta lo difícil que es, probablemente ahora llegue a casa y haga un video de eso. Eso es hacerlo porque me divierte. Por ahí un día estoy cansado y no tengo ganas, no lo subo.
Pero la devolución de la gente es tan importante. Que alguien te diga que estaba deprimido y que le sacaste una sonrisa con uno de tus videos, eso a mí me llena.
¿Las ideas para los monólogos salen igual?
Si, no hay una forma determinada. El otro día pensaba en mi unipersonal y me di cuenta que había una parte que tenía mucho chiste, mucha energía. Entonces pensé que estaría bueno contar una anécdota para hacerlo más tranquilo, que sea más como una montaña rusa de energía. Entonces se me ocurrió contar que fui a Macho Pichu y me pareció una poronga. Sí gente, me pareció una poronga. Es un museo arqueológico al aire libre, un montón de casas rotas, nada más. Y me pareció que eso podía ser gracioso. Creo que tengo el ojo más entrenado para la comedia.
¿Qué tenés pensado para más adelante?
Lo único que sé es que voy a estar en el Maipo todos los sábados de abril con mi unipersonal, y que vamos a girar con Grego con Like Brothers. Después no se.