Review: José Unidos- Azul y Gris
¿Qué pasa cuando un artista se queda sin pinturas por componer? ¿Cuáles son los colores que debe utilizar en esos casos? ¿Acaso son los colores que se encuentran en la naturaleza? ¿O más bien los colores que tiene presente dentro de sí mismo?
Los primeros segundos del tercer disco de José Unidos es lo más parecido a un lienzo en blanco. Luego de la primer pincelada, o del primer acorde, Lucas Colonna (el cerebro detrás de la banda) comienza a pintar un álbum extraño, introspectivo y misterioso, lleno de colores y combinaciones poco convencionales. Hay amarillos, rojos, verdes y bordós, pero los más importantes resultaron ser los azules y los grises. Y si el azul es el color de la tranquilidad y la confianza, y el gris lo es de la melancolía y la neutralidad, es justamente esa contradicción olea la elegida para titular el disco.
Desde el primer tema, “Alto Valle”, ya se establece el andar que van a tener los ocho restantes. Y es un paseo que se asemeja a una caminata nostálgica, y muchas veces triste, sobre los restos de un naufragio ocurrido una mañana de domingo, o mejor, sábado. Y si bien en ningún momento José Unidos aprieta el acelerador, todo los ritmos espaciados y el tono un poco oscuro, hacen acordar a los momentos más siniestros de la psicodelia de Los Espíritus, o a Yankee Hotel Foxtrot de Wilco.
Los músicos que pasean por el disco son numerosos, sin embargo los que se destacan son Leandro Barzabal y Juan Valente, quien junto a Colonna armaron un disco que suena compacto de principio a fin, a pesar de que justamente es la ruptura lo que intentan demostrar. Resumiendo, “Azul y Grís” es una joya, que en realidad se parece a una piedra perdida en un pequeño arroyo de los tantos que hay en la inmensidad de la república.
Y en materia de sonido, “Azul y Grís” resulta ser de esos experimentos que los artistas requieren cuando se quedan sin horizonte. José Unidos pareció haberse aburrido de la canción, o al menos del formato de canción que se le conocía por los tiempos de “Lampedusa” (2015). Este tercer disco es una introspección, un viaje a los pensamientos interiores de Lucas Colonna, y un descubrimiento poco feliz de lo que hay allí adentro. ¿Y qué es lo que hay? cansancio. Mucho cansancio. Cansancio del trabajo de oficina (Cinco de siete), del amor careta (Mi casa es ahí), de la industria alimenticia del valle del Río Negro (Alto Valle), de los medios audiovisuales (Nieve de TV) y a los que hablan sin pensar (Los Ingenuos). Pero sobre todas las cosas, el disco (es decir, el viaje introspectivo de Azul y Gris) tiene una conclusión. La cual se encuentra en el último tema, “En tu pronunciación”, y que es una verdad tan simple y concreta que no hace falta aclarar nada más luego: “Nadie quiere ser como los demás”.