top of page

Gimme The Power


Game of Thrones se ha ganado su lugar en el corazón de varios televidentes. Ha sido galardonada por la crítica, tiene varios Emmy’s en su haber (incluso el de Mejor Serie Dramática en 2015), los ratings crecieron temporada a temporada y más de uno debe tener tatuado “Valar Morghulis”.


Pero, para aquellos que no sepan de qué se trata todo esto, tres datos importantes: Game of Thrones está basada en la saga de libros Canción de hielo y fuego, cuyo autor es George R.R. Martin, el hijo perdido de J. R. R. Tolkien; la producen David Benioff y D.B Weiss para la cadena HBO; y, lo más importante, Game of Thrones es un drama político-social disfrazado de caballeros medievales en una tierra desconocida con algunos dragones dando vueltas. A los libros no hay que juzgarlos por la portada, y a las series no hay que juzgarlas por los afiches.


El 24 de abril se estrena la sexta temporada, luego de una quinta con un rating irregular que remontó notablemente en el último capítulo, “Mother’s mercy”, al lograr la mayor cantidad de espectadores a lo largo de toda la serie. Una de las razones por las que se cree que el rating fue bajo en algunos capítulos es que la historia se desvió en cuanto al argumento que los libros marcan. Pero la escena final de la serie sí coincide con la parte del libro correspondiente y fueron fuegos artificiales y corazones en la boca, tanto para televidentes como para lectores.


Pero George R.R. Martin no publicó el nuevo libro todavía, y la sexta temporada va a estrenarse antes de que esto ocurra porque el calendario de HBO no puede esperar al autor. Esto supone un problema para aquellos que sí leyeron los libros: ¿esperar a Martin y luego ver la serie, y quedar expuesto a spoilers? O, ver la serie y luego leer los libros, si de todas formas no siempre las líneas argumentales se condicen.


Todo este razonamiento de data dura para llegar a la siguiente pregunta: ¿por qué Game of Thrones es tan buena y atrapante? Una de las razones por las que se puede confiar en la serie, es que pertenece al grupo de HBO. Dicha cadena tiene un largo historial de dramas de calidad, como Los Soprano y The Wire.


Por otro lado, Game of Thrones tiene como eje principal el poder, y lo que éste conlleva. Pensar que lo único que hace a la serie son los reyes y reinas, los dragones, los muertos vivientes, las personas que pueden meterse en cuerpos de animales, las tierras lejanas y desconocidas, y un sinfín de elementos fantasiosos más (que encima permiten un desarrollo visual precioso), es quedarse en la primera historia, en lo anecdótico. Lo rico de esta serie está en sus diálogos punzantes, que si se les saca todos los “m’lord”, quedan guiones que hablan sobre una realidad política y social que coincide mucho con la actualidad. Porque, después de todo, ¿cuándo la ambición de poder no fue el móvil principal del hombre?


A veces se desconfía de los fenómenos mundiales porque son muy mainstream. Pero si la cultura de masas apunta a una serie con dragones, romance, incesto, traición, white walkers y demás, hay que darle una oportunidad. Y de a poco, los geeks llegan al poder.


Artículo publicado originalmente en el número 3 de Revista Spoiler.

Follow Us
  • Twitter Basic Black
  • Facebook Basic Black
Últimos posts
bottom of page