Otro domingo para ser crítico
Si hay algo rico en nuestro cine nacional, es la comedia. Ser argentino equivale a ser partícipe y casi cómplice del chiste interno que es, justamente, ser argentino. Cuestión que los guionistas hacen recordar constantemente, robando una risita con algún detalle absurdo pero cotidiano, en medio de una escena trágica. Es, sin dudas, el toque de sabor por el que el público aclama. Ni hablar si se suma un elenco de actores y actrices enormes con los que la gente está encariñada hace años. El condimento ideal.
Este mes, en la Casa Nacional del Bicentenario, han decidido darle a este género el espacio que merece, organizando un ciclo de comedias nacionales. Con entrada libre y gratuita, se trata de una cita de domingo. Este 17 de Abril, a las 18:00, estarán proyectando “El crítico” (2013) de Hernán Guerschuny.
¿Qué es esto que nos ofrece la agenda cultural?
“El crítico” invita a reírse con aquel personaje bastante conocido en la industria cinematográfica: El crítico. No cualquiera, EL crítico, el estereotipado. El snob, fanático de lo antiguo (“vintage”), que sólo ve películas si vienen de otro continente y no soporta hablar con quienes no tienen idea de ellas. Éste (Rafael Spregelburd), en particular, tiene un odio rencoroso por las comedias románticas, una repulsión por los clichés de estas películas, que, según él, ilusionan a los espectadores con escenas mágicas que sólo pueden ser posibles estando guionadas.
La pasión por el cine lo ha consumido en una amargura y angustia, tanto que termina inmerso en lo que él llama “Maladie du cinema”. “Veo el mundo como si fuera una gran película. Y cada vez más vulgar y menos original”, afirma y desde el principio, sobresale lo más genial del guión y de la dirección: El protagonista ve las cosas y así mismo en blanco y negro, musicalizadas con vals y… ¡hasta piensa en francés!
El problema se presenta para Don “Todos son ignorantes hasta que me demuestren lo contrario”, cuando tras un encuentro furtivo, entra a su vida una chica que parece salida de una película de Almodóvar (Dolores Fonzi) y su vida se va tornando en el cliché que tanto detesta. Entonces lo que siente irá tentando esa mirada negativa, pesimista, de la vida que lo ha puesto en un lugar notorio en el rubro de la crítica cinematográfica.
Es súper necesario destacar como hasta en lo estético se utilizan recursos de la comedia. Las escenografías y los montajes, como el departamento desarreglado donde vive o en el vestuario, ya que hasta cuenta con un uniforme de hipster sabelotodo. Las incontables referencias al mundo del cine (como A bout de soufflé, Amélie, When Harry met Sally, The notebook, Bridget Jones’ Diary, It’s a wonderful life, My best friend’s wedding, Titanic, etc.), siempre presentadas con herramientas de lo paródico. Sin dudas, es un filme que se ríe de las comedias románticas y que además se burla de quienes se burlan de ellas. Delata que estas personas, esconden tras esas capas de cine de culto, orgullo y frivolidad, un costado sensible, cholulo y de afán por esas películas que acusa de predecibles.
Se luce en su simpleza, es entretenida y una muy interesante opción para un domingo.