"El stand up no se trata de contar problemas, para eso está el psicólogo"
El humor tiene sus ritmos y sus momentos oportunos. Y eso es distinto en cada disciplina humorística. Por eso, hablamos con Claudia Panno, humorista multifacética: Stand Up, TV, Radio y Libros, en una sola persona.
¿Cómo empezaste a trabajar haciendo humor?
Empezó como un hobbie, como todo lo lindo o distendido que uno hace en la vida. Tenía páginas de humor en la Web, iba a un taller de escritura, mientras estudiaba carreras que no tenían nada que ver con lo mío, como Profesorado de Inglés o Corrección literaria. Un día me tomé el humor en serio y fue entonces cuando se fue profesionalizando. Dejé mis trabajos de docencia y corrección, y me puse a escribir libros. La publicación de los libros abrió otras posibilidades dentro del humor, más comerciales, digamos, como la escritura de guiones. De allí, empecé a formarme en el stand up, a trabajar experimentalmente en el under (El Bululú, donde todavía permanezco después de 10 años consecutivos); a animar eventos sociales, hasta que, un día, decidí yo también dar cursos y talleres de escritura humorística. Hoy hago todo esto junto, alternando la escritura con la docencia y el stand up.
Trabajaste en TV, Radio y gráfica. Cuáles son las diferencias entre cada uno de los formatos?
La TV tiene eso de adrenalina que no tienen otros medios, todo debe ser dicho muy rápido, y para una ansiosa, como yo, es un poco vertiginoso. Además, no sabés para qué público estás hablando. Lo que más me gusta es la columna de humor en diarios y revistas, en los que hay un público más selecto que tiene más tiempo de digerir lo que expresás. La radio fue un lindo experimento. Tuve dos programas “Mejor esos mundos” y “Harta de vivir”.
¿Cuáles son las características que tiene que tener un buen humorista?
Como el término es un poco amplio, me voy a referir al humorista/ comediante de stand up. Un buen humorista en escena tiene que tener ángel, por sobre todas las cosas, más un buen texto y una manera natural de interpretar lo que dice. Además, no debe estar cerrado a la improvisación, porque por más que en el stand up seguimos la secuencia de un guion, a veces, eso solo no alcanza para hacer reír. Y nunca debe olvidarse de que el monólogo, valga la contradicción, es un “diálogo” con la gente. Si el comediante ignora al espectador o no va midiéndolo en sus reacciones, se queda solo.
¿Siempre hay ideología en el humor?
Yo creo que sí, uno no puede despegarse de lo que es o siente, de cómo ve el mundo o el microcosmos que lo rodea.
Fuiste jurado del primer y segundo concurso nacional de Stand Up. ¿Con qué te encontraste?
Bueno, hay de todo, ya que esto del stand up da la impresión de que es masivo y de que lo puede hacer cualquiera. Sin embargo, es una creencia falsa, ya que el humor es un género muy complejo que necesita ser construido, elaborado. El drama está, el humor hay que ir a buscarlo. En los concursos, hay personas que se encuentran en esa búsqueda y otras que deberían buscar por otro lado, ya que si bien, el humor es catártico, el stand up no se trata de contar problemas, para eso está el psicólogo.
¿Creés que actualmente hay una moda del stand up en Argentina?
Sí, creo que está de moda, ya que lo vemos en la tele, en los clubes de comedia, en los clubes de barrio, restaurantes, en el after office y hasta en eventos sociales y empresariales. Hay giras artísticas dentro y fuera del país, libros de stand up, que antes no existían, mucho más videos en Youtube y muchos profesionales de distintos rubros que incorporaron el género para dar charlas y conferencias afines a sus trabajos.
¿Para qué hacés humor?
Es mi forma de comunicarme. Lo hago para contar o describir las situaciones dramáticas de la vida (ya que el humor se nutre del infortunio) que de otra manera serían imposibles de expresar.