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Lucas Vanza: “Conmover al público, esa es mi meta”

Un cálido llamado telefónico desde La Plata nos dibujó el promisorio presente que se encuentra transitando actualmente: Tras un considerable puñado de años siendo la voz y la guitarra de la banda Tropel, hoy comienza a desenvolverse como solista. Y así afronta este punto y aparte de su vida.


Si bien es una pregunta muy cliché, te pregunto, ¿qué te llevó a dar un paso al costado de Tropel? ¿Cuál es la historia?


En primer lugar con Tropel ya llevábamos 8 años juntos. Si bien tuvo dos formaciones, ya nos conocíamos con los pibes, tocamos juntos durante muchísimo tiempo. Y uno sabe que las relaciones se desgastan con el tiempo. Por otro lado, ya teníamos diferencias musicales. Yo ya le estaba tomando el gusto a presentarme en solitario. Había encontrado una manera de laburar solo, en cuanto a lo que es composiciones y arreglos. Esa idea me sedujo bastante.


Ganas de probar en solitario, pero también diferencias en gustos musicales. En todo ese tiempo en el que se desarrolló Tropel me imagino la simbiosis y la mutación de ideas que transcurrió en ustedes.


Exactamente. Si bien se trataba de una nueva formación, perfilábamos ideas distintas. Todo suma en lo que es el desgaste de un grupo. De hecho, quizá forzamos a seguir a la banda un tiempo más, indebido. Se tendría que haber disuelto mucho antes. Pero las cosas están bien ya que cada uno siguió su camino musical y eso abre diferentes puertas y proyectos. Esta bueno que eso suceda.


Nosotros, como oyentes, hemos visto la culminación de su trabajo como grupo en ‘Las Llamas de ese Árbol’. Pero no conocimos el detrás de escena, el día a día. Dentro de tu cabeza, desde el primer ensayo en 2007 hasta la última reunión, ¿qué ha cambiado en tu cabeza?


Yo crecí muchísimo al lado de mis compañeros. Son músicos de primera, además de increíbles personas. Tocando mucho tiempo con alguien uno logra entenderse, era llegar al ensayo y lograr una conexión increíble, saber para qué lado íbamos. Todos juntos metidos en una sala repensando, grabando y regrabando, significa una experiencia maravillosa. Ayuda también a madurar y a emprender un nuevo camino, que es lo que estoy haciendo ahora.


Hay infinidad de bandas que podíamos denominar ‘de garage’. Desde tu experiencia, ¿Qué mensaje le deslizarías a esos pibes que podrían encarnarte a vos hace 8 años?


Tienen que transitar ese momento de tocar en una banda como amigos. Componer juntos, no ser tan herméticos y poder percibir y recibir las críticas constructivas de tus compañeros. Dejar el tema abierto a modificaciones constantes, porque se aprende mucho. En mi caso vi como temas han ido mutando en cuanto a las opiniones del pianista, el bajista y el batero hasta no ser el mismo tema de inicio. Eso es hermoso cuando pasa entre todos los músicos, hay que aprovecharlo.


Debe haber una diferencia abrumadora entre componer en grupo y en solitario. ¿Cuáles son las sensaciones que te está dejando esta nueva etapa?


Es una cuestión paradójica. Estoy en solitario pero al mismo tiempo acompañado de nuevos músicos y nuevos amigos. No son sesionistas, sino algo más particular. Somos una banda, si bien el proyecto se llama ‘Lucas Vanza’. Me encargué de las composiciones y arreglos, pero no influyo sobre las notas que toca el bajista, por ejemplo. Es más una ‘responsabilidad’. Laburar, también, más directo y más rápido.


El factor comercial. Polémico, ‘radio friendly’, necesario… ¿cómo te llevas con él?


En mi opinión personal, La Plata es el under del país. Un semillero de bandas increíblemente buenas. Si bien está en boga el ‘indie pop’, hay bandas de infinidad de estilos. Yo no me siento embarcado en ninguno de esos estilos, pero me sigo sintiendo parte del under. Luego está la parte ‘mercenaria’. No tiene la culpa el músico, la tiene el sistema que te lleva a querer ser músico para pegarla en la radio y ganar un billete. Pero son los menos. No estoy de acuerdo con algunos músicos de antaño que dicen que ahora solo se busca la música para ser famoso. Está lleno de bandas under que son increíbles. Tenemos que salir a la noche a buscarlas y escucharlas. Porque están.


El caso de tu nuevo proyecto como solista, ¿Cómo se dio la transición con el público? A nivel laboral y emocional.


Me llevé una buena sorpresa. No tocaba hace muchísimo desde el último recital de Tropel hasta el primero mío como solista. La banda se había hecho un nombre y pasar a ‘Lucas Vanza’ podía generar que mucha gente no supiera que yo era el cantante de la misma. Pero la primera fecha explotó de gente, y la segunda lo mismo. En las redes sociales me encontré con dos mil y pico de reproducciones del EP que había sacado hacía menos de un mes. Fue todo sorpresivo para bien. Se dio de manera muy copada. Y ahora estamos metidos a pleno para sacar el disco de estudio.


¿Qué esperas del disco?


Como todo músico creo que lo que espero es conmover con mis canciones. He sido muy sincero conmigo a la hora de componer. Con Tropel tenía otro estilo, ahora le estoy dando más lugar a la canción. Se trata de dejarla fluir de manera desprejuiciada. Sin tapujos tocar lo que sienta. Cuando toco el público me demuestra que le llega, y eso es lo más lindo para mí: Conmover al público. Esa es mi meta.


¿Qué músicos alimentan tu mente y plantan semilla en tus canciones?


Desde muy chico se ha escuchado en mi casa desde jazz hasta The Beatles, pasando por música clásica y también bossa nova. Esos fueron los pilares que me marcaron de chicos. Luego me enamoré completamente de Spinetta, Charly García y Fito Paez. De afuera, escucho mucho de los años 60’ y 70’. También, más actual, Radiohead y Bjork. Todo eso se nutre en lo que hago y da un resultado.



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