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Aquelarre en las salas: Historia de brujas en pantalla grande


Llega a al país la esperada “The Witch” (La Bruja) de Robert Eggers, premiado como mejor director en el Festival de Cine de Sundance 2015, y aprovechamos la ocasión para repasar aquellas aterradoras cintas sobre uno de los personajes más intrigantes de la tradición mágica mundial: Las brujas.


Año 1999, internet era aún una novedad que empezaba a calar hondo en la juventud de la época. Dos estudiantes de cine de la Universidad de Miami, Eduardo Sánchez y Daniel Myrick, deciden hacer su debut con lo que años más tarde se convertiría en una gema para los amantes del terror. The Blair Witch Project (El Proyecto de la Bruja de Blair), contaba la historia de tres estudiantes de cine que en 1994 emprenden un documental acerca de la leyenda de una bruja que habitaba en el bosque cercano al pueblo de Burkittsville (antiguamente conocido como Blair). Para ello se internan en el bosque con sus cámaras caseras donde comienzan a suceder extraños acontecimientos y terminan por perderse. La introducción del film indicaba que los estudiantes se encontraban desaparecidos actualmente, habiéndose encontrado sus grabaciones un año después de lo sucedido. Pero su éxito no hubiera sido el mismo sin la estrategia de marketing que impulsaron Sánchez y Myrick: La película llegó a las taquillas tras meses de una campaña mediática en la que los realizadores hicieron creer al público que se trataba de un verdadero documental. Para aquello se valieron del ciberespacio, creando una página web en la que se exhibían fotos, falsos documentos y entrevistas a supuestos familiares de las ”víctimas” (los actores Heather Donahue, Joshua Leonard, y Michael C. Williams que habían utilizado sus nombres reales para la película). Gracias a esta cinta se generó un boom de películas de terror del género found footage (metraje encontrado) el cual crea la ilusión de documental, como la española REC (Jaume Balangueró- Paco Plaza) o El diario de los muertos (George Romero).

La leyenda ficticia del film, cuenta la historia de Elly Kedward, habitante del pueblo de Blair, que a fines del 1700 fue acusada de brujería tras descubrirse que secuestraba niños con el fin de sacarles sangre. Los habitantes del pueblo la ataron desnuda en las inmediaciones del bosque cercano donde se cree que murió de frio. Tiempo posterior, los niños que la habían denunciado desaparecieron misteriosamente.


Muchos años antes, precisamente en 1968, el gran Roman Polansky lanza la segunda película de la popularmente denominada “Trilogía de los apartamentos”: Rosemary's Baby (El Bebé de Rosemary) también conocida como La semilla del Diablo. Basada en la novela de Ira Levin, el film narra la historia de una joven pareja que se muda a un edificio en Nueva York conocido por sus leyendas urbanas sobre brujería. Ni bien instalados, Rosemary (Mia Farrow) y Guy (John Cassavetes) entablan relación con una pareja de ancianos que se muestran demasiado amables e interesados en los nuevos inquilinos. Al poco tiempo, Rosemary queda embarazada de forma misteriosa y comienza a sospechar que sus vecinos son en realidad brujos provenientes de una secta satánica que buscan robarle a su hijo para utilizarlo como sacrificio. Una de las particularidades de la película es que hasta último momento no logramos descifrar si las sospechas sobre los ancianos son certeras o es todo producto de las supuestas alucinaciones de la protagonista. La excelente actuación de la angelical Mia Farrow como una mujer frágil e ingenua cuyo cuerpo se va deteriorando a medida que crece el embarazo, es, hasta el día de hoy, incomparable.

Las anécdotas en torno al film son innumerables, uno de los más conocidos es el que involucra al edificio Dakota donde fue grabada. Allí han vivido diversos personajes, entre ellos el famoso ocultista Aleister Crowley y el brujo Gerald Brossau Gardne de quienes se dice que han realizado rituales de magia negra en el lugar y el actor Boris Karloff, conocido por interpretar a Frankenstein, que también habría realizado sesiones de espiritismo dentro del edificio.


Considerado como el máximo exponentes del cine giallo, el italiano Darío Argento también se dejó llevar por la tentación de contar una historia sobre brujería. En 1977 se estrena Suspiria, obra de culto y el inicio de la trilogía denominada “Las tres madres”, que junto con Inferno (1980) y La Terza Madre (2007) componen el relato de tres brujas llamadas Mater Suspiriorum, Mater Tenebrarum y Mater Lacrimarum que vivieron esparcidas en tres ciudades del mundo. La belleza de la fotografía, saturada en las tonalidades del rojo y el azul, junto con la majestuosa banda sonora a cargo del grupo de rock progresivo Globin, hacen de la atmósfera de Suspiria un verdadero cuento de hadas, como Blancanieves pero con mucha sangre y adornada de elementos macabros.


En 1996 la temática de brujería vuelve a las taquillas de la mano de The Craft (Jóvenes y brujas), una película que no podríamos clasificar como netamente de terror, ya que está enmarcada dentro de un drama adolescente. El film, protagonizado por Robin Tunney, Neve Campbell, Fairuza Balk y Rachel True, narra la historia de Sarah Bailey (Tunney), una joven de 17 años con poderes sobrenaturales que se muda a Los Ángeles donde termina uniéndose a tres extrañas compañeras del instituto que practican la brujería. Pero todo se les va de las manos cuando sus aquerrales comienzan a desatar desgracias ajenas. Destacable el papel de Balk como Nancy, la bruja gótica, antisocial y demente del grupo. Dato de color: es de público conocimiento que la actriz practica la religión wicca en su vida real.


Desde el siglo XV Europa se vio envuelta en una histeria colectiva que acometió la persecución de personas que se decía trabajaban para el Diablo. Durante 250 años, fueron torturados y ejecutados cerca de 30.000 individuos en un proceso llevado a cabo por la Inquisición y conocido por todos como Caza de brujas. En 1692, la colonia norteamericana de Salem, en Massachusetts, se vio fuertemente afectada por el fenómeno llevando a la encarcelación de aproximadamente 200 personas. El músico y director Rob Zombie, se valió de este acontecimiento cuando en 2012 dio a conocer su film The Lords of Salem (Los Señores de Salem) con su esposa Sheri Moon Zombie como protagonista. La historia se centra en Heidi, una conductora de un popular programa radial de rock residente de la ciudad de Salem, que un día recibe un disco de una banda llamada The Lords cuya música comienza a provocarle terrores nocturnos. Sin saberlo, Heidi será la puerta a través de la cual las brujas volverán a habitar las tierras de Salem. Un verdadero viaje onírico a través de los caminos del mal es esta cinta distinguida por tratarse de la película más personal de Zombie hasta el momento.


Finalmente, no podíamos no dejar de citar al creador de la mítica Evil Dead, Sam Raimi, quien en 2009 regresó a su viejo amor por el terror con Drag Me to Hell (Arrástrame al Infierno). Esta vez, no hay Necronomicon ni aparición de Bruce Campbell pero si una alternancia de imágenes gore que nos hacen destripar de la risa sin perder la esencia terrorífica con sus sobresaltos excelentemente logrados. Como buen alquimista de las emociones, Raimi combina a la perfección el humor irónico y el miedo en estos 98 minutos. El film cuenta como Christine Brown (Alison Lohman), empleada de un banco le niega una moratoria a una anciana gitana de apellido Ganush (Lorna Raver) haciendo que ésta pierda su casa. Como venganza, la anciana le lanza una maldición que hará que Christine sea perseguida por un espíritu demoníaco y solo tendrá tres días para deshacerse de él antes que la lleve al infierno. Una de las propuestas más creativas de los últimos años en lo que al género respecta.


Leyenda o verdad, las brujas continúan siendo homenajeadas por el séptimo arte y solo tendremos que esperar unos días para comprobar si The Witch llega para hechizarnos o se marchará más rápido que Harry Potter en su Saeta de Fuego.

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