Review: Better Call Saul (Mid Season)
Jimmy McGill trabaja en un local de fast food de un shopping. Al terminar su jornada, se queda encerrado en el depósito de basura. Tiene dos opciones: salir por la puerta de emergencia y que se active la alarma de policía o esperar. Piensa. Camina de un lado a otro. Grita y golpea la puerta desconsoladamente. Se inclina por esperar. Jimmy McGill (Bob Odenkirk, a.k.a. Saul Goodman) sigue siendo un fracasado, sin embargo escribe en la pared: “SG was here”. Así comienza la segunda temporada de Better Call Saul, que salta a un futuro no tan lejano. Así comienza la mutación.
El spin-off de la unánimemente venerada Breaking Bad sigue funcionando. Durante los primeros cinco episodios, se denota un crecimiento de personajes secundarios desligados a la serie madre. Esto, probablemente, sea bueno para los espectadores en general y malo para aquellos más nostálgicos.
Hay un gran porcentaje de público que esperaba que Vince Gilligan (ahora junto a Peter Gould) continuara con la pandemia monstruosa que se esparció por todo el mundo cuando Breaking Bad estaba al aire, pero no deja de ser una fantasía utópica. Better Call Saul hace bien en mantener la chispa encendida con introducciones de nuevos-viejos personajes como Tuco o el propio Tío Salamanca, pero también pega en el blanco al darle luz verde a la profundización de historias como lo hacen con Kim Wexler (Rhea Seehorn), dueña del corazón de Saul, o los altos jerarcas de los buffet de abogados HHM y David & Main, sobre todo con el conflictivo Chuck McGill (Michael McKean), su hermano mayor.
Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks) funciona como el side-kick inconsciente de Saul. Aquel guardaespaldas devenido en asesino serial, ahora se encarga de trabajos de menor remuneración y prestigio. No obstante, su profesionalidad y el aura de misterio que lo rodea lo hacen el personaje más interesante a seguir. Esto, sobre todo, se da porque al protagonista ya se mostró tal cual es, en la opera prima de Gilligan y ahora, con su propio show. Lo remarcable de su personaje será ver la mutación completa de Jimmy McGill a Saul Goodman, y cómo se desprende de toda una vida. Si bien nunca fue el abogado más ético, desde el inicio de su carrera profesional se muestra parcialmente corrompido.
Por otro lado, debido a que la cadena AMC también transmite los capítulos por cable, resulta atípico el trato que Netflix le tuvo que otorgar al spin-off. Cabe remarcar que sus bases fundacionales se basan en subir el material completo, para que sea consumido por los usuarios según el propio criterio personal, por lo que el modus operandi del episodio semanal se puede tornar tedioso.
Better Call Saul, capítulo tras capítulo, va allanando el paso para desligarse de su antecesora, dejar de ser un apéndice y convertirse en una serie con otra historia que contar. De todas maneras, en el trajín, se mantendrá una necesidad imperante de que personajes como Gustavo Fring (Giancarlo Esposito) o Jesse Pinkman (Aaron Paul) se involucren con Saul para darle un jugoso plus extra y equilibrar la balanza.