¿El tan temido ablande?
Estos últimos años, como si los planetas se hubiesen alineado, los viejos grandes del metal comenzaron una inusual racha donde editaron sus mejores discos en muchos años. Judas Priest dejó atrás la grandilocuencia y lanzó Redeemer of Souls (2014); Iron Maiden arrasó con The Book of Souls (2015); Slayer cumplió hasta ahí con el no tan bien ponderado Repentless (2015); Lemmy se despidió de este plano de la existencia con la corrección de Bad Magic (2015) y Megadeth pateó al mundo en el culo con su flamante Dystopia (2016). Para no quedarse atrás, Anthrax también lanzó un nuevo trabajo. Pero no tuvo la misma suerte.
Desde el vamos, For All Kings (2016) pelea por estar en algún lugar entre la sofisticación y la brutalidad que siempre caracterizó a la banda; como su antecesor, el aclamado Worship Music (2011), pero con pocas bolas y un producto final bastante tibio. El comienzo que da You gotta believe está muy lejos de clavar una infusión de poder headbanger (?), pero sí muy cerca de ser un tema descarte de Avenged Sevenfold. Con ese ánimo sostenido durante, por lo menos, cuatro temas (en donde entran Monster at the End y Breathing Lightning, por ejemplo), las cosas mejoran con la llegada de Evil Twin y sus enojados riffs.
A mitad del disco, los Anthrax pegan un drástico volantazo (con tufo a arrepentimiento) y comienzan a saltar entre el poderío de Defend Avenge y las rocosas baterías de All of Them Thieves. Pero es demasiado tarde. A esa altura sólo quedan dos canciones para hacer que la experiencia valga la pena. Y de alguna manera This Battle Chose Us y Zero Tolerance salvan en una nota mediocre las papas de un disco que estuvo al borde de quemarse por completo.
Que una banda como Anthrax lance a las calles un trabajo como este, sobre todo si se tiene en cuenta que hoy en día juegan en sus filas cuatro de las cinco partes de su formación clásica, deja un amargo sabor a poco. Tampoco se trata de crucificar a los neoyorkinos por probar una fórmula diferente. Pero si en serio apuntara a cambiar las cosas a futuro, o si no se hubiese encarado con tanta timidez, tal vez For All Kings habría sonado distinto.