top of page

Review: Kung Fu Panda 3


En esta tercera entrega de la saga Kung Fu Panda encontramos a Po (Jack Black) en su hermosa villa de China en donde su vida cotidiana es entrenar, comer y ser un ídolo popular junto a los fabulosos cinco (tiene su propia figura de acción y concurso de imitadores). De repente la tranquilidad se ve interrumpida por tres situaciones distintas.


La primera: Desde el mundo de los espíritus un maestro guerrero llamado Kai (J.K. Simmons), que desde hace 500 años busca vengarse del maestro Oogway (la tortuga) y de sus discípulos, usando una técnica de absorción del Chi, que es la energía vital del universo, logra vencer a todo maestro que se le interponga, incluido Oogway.. Usa ese Chi para regresar al mundo de los vivos a continuar con su camino de venganza y en búsqueda de Po.


La segunda: Mientras, en el mundo de los vivos el maestro Shifu (Dustin Hoffman) siente que ya ha llegado el momento de jubilarse y que Po es el sucesor ideal para continuar con el cargo de Maestro, lo quiera o no.


La tercera: En el final de la entrega anterior nos sorprendimos al ver que Po no era el último panda vivo, y además que también tenía un padre. Pues en esta oportunidad, su padre, Li (Bryan Cranston, como siempre genial) llega al restaurante de su otro padre, el ganso Ping, en busca de Po para llevarlo a conocer sus raíces, su familia y que aprenda el verdadero significado de ser un panda.


Estas situaciones colocan a Po en el camino de la aventura y también crean en él una duda existencial, “¿Quién soy, ¿Soy el elegido? ¿Qué camino debe seguir mi vida?” parece preguntarse el panda.


Este segundo acto peca con un ritmo que por momentos se pone lento y por una sobrecarga de gags que buscan la risa fácil, algunos son casi predecibles, sin embargo la fuerte empatía que provoca Po es capaz hasta de lograr que dejemos pasar por alto esos baches. Su frescura e ingenuidad, su capacidad de asombro, su espontaneidad y buen corazón nos pone a mirar la vida con sus ojos y cuando menos nos damos cuenta nos encontramos exclamando “Wooow” junto a él.


Las luchas tienen una excelente coreografía y dinámica y ya han alcanzado niveles místicos y hasta es inevitable el recuerdo a las mejores peleas de Goku en Dragonball.


Los guionistas son los mismos que las dos entregas anteriores y se nota en la solidez y consistencia de la narrativa y en la forma de incluir cosas previas al punto de sentir necesario ver las anteriores para entender mejor la actual. Las tres tramas mencionadas en los primeros párrafos siguen su propio camino, pero a la vez se entrelazan y confluyen, dando una conclusión redonda.


Dos cosas a destacar especialmente son: el festival de colores que nos brinda la peli constantemente escena tras escena y la música con la que Hans Zimmer magistralmente le da el tono emocional. Si alguno lagrimea un poco en alguna parte es gracias a él.


Si bien las voces en inglés (Jack Black, Bryan Cranston, J.K. Simmons, Dustin Hoffman, Seth Rogen, Jackie Chan) son icónicas y reconocibles al segundo de oírlas, los actores de voz que se usaron para el doblaje hacen un excelente trabajo, con una expresividad y naturalidad dignas de resaltar.


En definitiva, la película aunque no logra llegar a la vara que dejaron las dos películas anteriores, cumple satisfactoriamente con el espectador niño y con el grande. Se van a reír, se van a entretener, los más sensibles van a llorar y se van a ir de la sala con el mensaje claro de la importancia de creer en uno mismo, en la familia y en la amistad.


Follow Us
  • Twitter Basic Black
  • Facebook Basic Black
Últimos posts
bottom of page