Las sombras, de las Sombras
Las sombras es claramente un disco de presentación. La obra lleva el nombre de la banda, respondiendo a la necesidad de nombrarse, de auto-reconocerse y darse a conocer ante el mundo al que pertenece. Es un disco de búsqueda y encuentro.
Las letras tienen su propia musicalidad, pues la poesía está compuesta con un ritmo trabajado, no se deja la armonía librada al azar. La rima es tan cuidada como la conjunción entre instrumentos. De este modo, el amor y sus problemáticas suenan y suenan en todos los aspectos. En tanto sonido, podemos escuchar un suave soul como fondo de la esencia. Cuerdas y percusión pisan fuerte, invitando a un deleite del mestizaje de sonidos y una casi perfecta fusión entre música y letra.
Sin duda la cima de la montaña, el punto cúlmine de este disco es el tema que divide la pieza a la mitad. “Van detrás” es uno de los temas más logrados, y el que –aparentemente- será característico no sólo de este trabajo, sino también, de lo que la banda promete a futuro. Porque esto es clave: Las Sombras es una banda que promete y el disco es la garantía para que podamos creer en eso.
Otro de los temas que aparece para dejar una huella y, básicamente, volarnos la cabeza es Blues para los amigos. Es así, toda canción que prometa un blues para alguien llama y capta nuestra atención. En este caso en particular, el objetivo está logrado en tanto sonido. La poesía es corta y eficiente. Se trata de escuchar en él una oscuridad que lleva consigo una cierta esperanza.
Es que este trabajo se puede entender como un disco “nocturno”. La noche, el humo, el amor, la amistad. Es, entonces, ese tipo de disco que escuchamos y queremos escuchar en un bar under con amigos y alcohol. “Y que un día, a vos, llegaría yo /Y rompería tu corazón” canta Ardor, uno de los últimos temas; como si estuviera hablándole al público que pone su voto de confianza en la banda, como si de este modo, nos contara lo que este disco quiere hacer con nosotros. La banda busca la llegada, y lo logra. Entonces el voto de confianza valió la pena.