Volvieron los 90s
“No querrás volver” repite la letra de “La distancia”, ese tema del disco Excursiones (1998). Y suena perfecto para una banda que no quiso volver pese a los pedidos de sus fanáticos. Suárez volvió a tocar, aunque durante quince años no quisieron hacerlo.
Primero fue en noviembre durante el Festival de Cine de Mar del Plata como excusa por el estreno del documental “Entre dos luces” de Fernando Blanco. Los viajes de fanáticos de todo el país los hizo replantearse la posibilidad de repetir la presentación. Y el lugar fue elegido el Konex que, debido a la lluvia que cayó durante la tarde, debió hacerse bajo techo y no en el patio del lugar. Punto negativo para el show, ya que las columnas impedían apreciar visualmente a todos los miembros del grupo.
Alrededor de las 21:30, Rosario Bléfari (voz), Gonzalo Córdoba (guitarra), Marcelo Zannelli (guitarra), Fabio Suárez (bajo) y Diego Fooser (batería) se subieron a un escenario porteño luego de quince años. “Tarde de cansancio” fue la elegida para abrir la noche, celebrada mientras Bléfari bailaba vestida completamente de blanco. Le continuó “Prueba de valor”, del aclamado “Horrible”.
El público, mientras tanto, se comportaba de manera tranquila, con el obligado pogo en el medio y algún tímido mosh. Por otros sectores, algunas antiguas caras denotaban el paso del tiempo, no por las arrugas, sino por las lágrimas que corrían al escuchar temas como “Mañana”, “Saludos en la nieve” o “Porvenir”. Por su parte, la proyección de las imágenes se encargaba de mostrar mares, océanos, montañas, nieves, acompañando de muy buena manera la música que sonaba.
“Nuestro amigo asiático” y “Susme” fueron de los más celebrados. Mientras que luego de “Dos luces”, Bléfari –ya de negro- habló por primera vez y agradeció a todos los que habían trabajado en el show y a Fernando Blanco, ya que debido a su documental fue posible que el grupo volviera aunque sea, por dos noches. Enseguida llegó “El ídolo”, mientras interactuaba con el público a base de saludos.
Si Rosario se llevó la atención por sus bailes en el escenario, Gonzalo Córdoba lo hizo a base de una guitarra con un sonido excelente, mientras que Diego Fooser supo controlar cada tiempo de la batería, haciendo que la banda sonara casi exacto a sus discos, aún a veinte años de haber sido grabados.
El tan pedido “Asesina” con sus gritos fue lo último previo a los bises. En ese tiempo, algún que otro tímido “vamos a volver” se entonó desde el medio, pero sin llegar a contagiar al resto del público.
“Río Paraná”, “Desmaya” y “Camión regador” fueron los últimos de una noche cargada de emoción. El saldo, para todos los que estuvieron ahí, fue más que positivo aunque solo resta algo para que pase a ser perfecto: que no haya sido el último show de Suárez.