West, entre la polémica barata y la necesidad de transgredir
Kanye West construyó su nueva obra ‘Life of Pablo’ sosteniéndose en un espíritu festivo, cierto gusto romántico/melódico y muchísimos efectos electrónicos que descuartizan cualquier rastro de pasividad auditiva en este trabajo. Lo cierto es que hay una fiesta en la mayoría de tracks. Pero, también, dentro de esos versos rápidos, rimados y pegadizos, hay una historia que contar.
Son interesantes las diferentes atmósferas musicales que West logra hacernos experimentar. Desde un tramo basado en una guitarra acústica y un porte de voz femenina suave hasta piezas con una clara influencia de lo hecho por Moby, puede llegar a caer en el repetitivo y comercial davidguettismo pero jamás pierde su sello. ‘Life of Pablo’, sin embargo, irrumpe en los infomerciales y en las corrientes paparazzis de internet a causa de la enorme polémica que West tejió atacando al símbolo juvenil Taylor Swift y, quizá lo más polémico que transita la influencia de este rapero originario de Atlanta, su defensa para con Bill Cosby, hoy triplicado por denuncias y acusaciones de compañeras de trabajo que alegan empleo de drogas adormecedoras seguido de abuso sexual por parte del cómico.
Mientras la parte-Cosby es un tanto ajena al disco, West no vaciló en barrer con los tapones de punta (musicalmente hablando) a las largas, flaquitas y exquisitas piernas de Swift: ‘Siento que Taylor y yo podríamos tener sexo, después de todo yo hice famosa a esa’. Enorme como el autoestima de West fue la réplica furiosa de las agrupaciones juveniles afiliadas al taylorswiftismo (?), neutralizadas por el propio Kanye, que alegó que dicha frase era solo una broma y que incluso la propia Taylor había tomado la afirmación como una broma. ¿Estrategia comercial? Posiblemente.
Pero no solo de quien se mueve a quien se compone esta trama, ya que al debut de ‘Life of Pablo’ en el Madison Squaren Garden se anexa un concierto en vivo en el ya mítico Saturday Night Live celebrado en la noche del 13 de Febrero. Antecedente de esto es la apuesta que hace West en base a continuar aportando contenido musical a Tidal, una plataforma de emisión de música que se está tornando un jugoso negocio para los involucrados. De alguna manera, los porcentajes del mundo de la música comienzan a definirse cada vez menos en escritorios y cada vez más en espacios 2.0.
Rihanna, Frank Ocean, Kid Cudi, Young Thug y otros artistas componen esta obra que busca representar un salto artístico para West. Para él, entonces, las cartas ya están lanzadas.