“Contagiándose la energía del otro” en el Konex
La lluvia apareció como una amenaza el viernes 29, pero la energía del otro emergió y al salir el sol, La Ola Que Queria Ser Chau la estaba rompiendo en el Konex. Los pibes que se presentan con un look pop pero que guardan dentro suyo un alma rockera desenfadada, con guitarras protagónicas del sonido y ciertos trances de psicodelia desconocidos, estaban cumpliendo su papel en un festival que tuvo como objetivo formar con las distintas bandas un símbolo y un mensaje al público, que de a poco, se fue contagiando de la energía del otro.
Los chicos de La Ola Que Queria Ser Chau finalizaron su show con “Como te llevaría” + “Esteban” tomándose su tiempo para terminar bien a lo antiguo del rock, tirados en el piso y abrazándose con la gente. La tarde estaba escapando y llegó el turno de Viva Elástico, una banda conectada con el estilo brit pero con los pies sobre América. Con sus melodías y definiciones en tonalidades menores y los efectos de guitarra bien usados en sus canciones le dieron al Konex el color más alternativo de la noche, deslumbrando un estilo muy original por parte de la banda que presentó algo de su próximo disco. Al finalizar su actual hit, “Oh Viernes”, el conjunto dió por terminado el show al grito de “Viva Elástico”.
La noche estaba llegando, y al mismo tiempo invadieron sobre el escenario los del este, Los Rusos Hijos de Puta armados con bombas de punk. Según ellos, lo que mejor les sale como banda, es el vivo, y no se equivocan para nada. Guardan en sus canciones el secreto para contagiar al público de anarquía y descontrol anti sistema, desde su sonido desbocado hasta su vestuario irregular de pantalones cortos y raros peinados nuevos. Los Rusos se tomaron su tiempo para cantar canciones en contra de la censura y el autoritarismo, hasta que para el cierre, decidieron romperla con “Halloween”, el éxito de su último álbum, para retirarse victorioso como el ejército soviético sobre las ruinas de Berlín.
El cielo se oscureció y la lluvia ya estaba lejos. Dentro del refugio, la gente se empezó a amontonar para presenciar la última actuación de la noche. El tiempo pasaba, hasta que el escenario se tiñó de rojo y aparecieron los protagonistas más deseados del día, que lograron desenmascarar “el otro” de cada uno de los presentes. El Otro Yo dió un show potente intercalando un repertorio de sus canciones punk y su lado más alternativo. Pese al descontrol que generaban en la gente y en el ambiente, la banda se limitó a dar un recital modesto sin interrupciones entre los temas. Tras una hora y media de punk rock, Cristian Aldana anunció el final con el tema “Corta el Pasto”, para luego invitar a cantar a todas las bandas que participaron del festival y transmitir un mensaje al público. El mensaje es que no existe la pesada herencia musical, la música esta ahí afuera donde siempre estuvo, en las calles, solo hay que ir a buscarla. Y el festival confirma la reflexión de Aldana, las buenas bandas existen, solo hay que salir, escuchar la ciudad y contagiarse la energía del otro.
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