Review: Los Ocho Más Odiados
Quentin Tarantino puede ser uno de esos directores de cine cuyas películas ya se sabe en qué van a consistir cuando están por empezar, pero al mismo tiempo es un director que en cada film sale con algo nuevo. Y, curiosamente, parte de esa “novedad” que trae con cada trabajo, es el hecho de contar repetidas veces con actores que ya han trabajado junto a él, que se contagian de sus ganas de contarle al mundo una nueva historia. Nueva historia, que en este caso se transforma en The Heightful Eight (Los Ocho Más Odiados).
Como es de esperarse en una película de Tarantino, lleva en su contenido millones de gotas de sangre, millones de golpes y patadas y millones muestras de hostilidad y desconfianza en el trato entre los distintos personajes.
Dividida en cinco episodios y ambientada años después de finalizada la Guerra de Secesión, la película presenta a personajes que en su gran mayoría son interpretados por los fetiches de Tarantino: Kurt Russell, Samuel L. Jackson, Tim Roth, Michael Madsen y Bruce Dern, entre otros.
En un ficticio lugar llamado “La mercería de Minnie” han desembocado ocho viajeros, ocho historias, ocho personalidades, ocho intereses diferentes. Un cazarrecompensas y su última presa que le va a valer diez mil dólares por haberla capturado, un Comandante de la Guerra Civil, el nuevo sheriff del pueblo más cercano, Red Rock, el mismo verdugo de Red Rock, un General anciano ya retirado que durante toda la película permanece sentado en un sillón jugando al ajedrez y comiendo estofado, un mexicano que permanece a cargo de la mercería dado que los dueños, Minnie y Sweet Dave, están fuera por temas personales, y un pistolero camino a visitar a su madre enferma.
Lo dicho, ocho viajeros, ocho historias, ocho personalidades, ocho intereses diferentes.
Pero también lo dicho, hay algo nuevo en la octava película de Tarantino, que es el juego policial, porque en determinado momento una jarra de café de la cual todos se servían aparentemente está envenenada y, tal cual dice John Ruth (Kurt Russell) en el trailer de la película, “hay alguien que no es quien dice ser”.
Yendo entre lo conocido y lo desconocido ya nombrado en el cine de Tarantino, con diálogos y escenas algo extensos de vez en cuando, pero no por eso menos ricos en cuanto a trascendencia en el argumento, se desarrolla la convivencia entre los ocho protagonistas y el quebrantamiento de la quietud con la que inician su tiempo compartido en la mencionada mercería de Minnie.
Comments