David Gilmour y los fantasmas de Pink Floyd
Se vive en tiempos donde los míticos grupos que dejaron una huella en la historia del rock están escribiendo sus últimos capítulos para decir adiós y así darle lugar a las nuevas bandas que continuaran con su legado. Pink Floyd es un caso extraordinario, y el siglo XXI lo confirma con músicos que reinterpretan la odisea que la agrupación inglesa comenzó, con Tame Impala o Muse en sus principios, como los ejemplos más fuertes. Con la confirmación ya oficial de que jamás volverán a tocar juntos, su referente, David Gilmour, y el miembro más importante del grupo, junto a Waters, decidió hacer del 2015 un año de cambios, como los presagios del horóscopo lo anunciaban.
Con un disco nuevo y una gira internacional que lo traerá por primera vez a la Argentina, David Gilmour busca romper las cadenas y escapar de las sombras de su pasado para iniciar un nuevo ciclo en su música y potenciar (o reivindicar) su carrera solista, ya que si algo tiene en común con su ex compañero de banda, es que ninguno de los dos ha logrado plasmar lo hecho con Pink Floyd en sus aventuras individuales, confirmando que Floyd es un grupo que no depende de nadie sino de todos. Así es como “Rattle That Lock” no es un simple disco de uno de los mejores guitarristas de la historia. Es un puente que Gilmour desea cruzar desde hace tiempo. Lo intentó en 2006 con “On an Island”, pero no alcanzó, los fantasmas seguían ahí. Aunque no solo el álbum forma parte de esta búsqueda. La programación de una gira mundial nunca antes hecha por Gilmour justifica lo anteriormente mencionado, ya que entre otras cosas, el inglés se debía un encuentro con los millones de fans que aman su obra y reclamaban la visita del guitarrista de uno de los grupos más influyentes de la historia de la música. Pero por más que Gilmour escape o no de los fantasmas, el músico se encuentra en el final de su recorrido artístico, y la necesidad de saldar deudas se estaba volviendo ineludible para poder decir adiós, ya sea a una carrera o a un pasado.