"Sumo fue algo irrepetible"
Hace pocos días fue publicado el libro "Luca Prodan: Libertad Divino Tesoro", una biografía coral de Luca Prodan. Durante casi cuatro años,el periodista Oscar Jalil recorrió las memorias de los conocidos más íntimos del mítico cantante y se topó con historias y anécdotas de la trastienda de su vida pública. Aquí, el autor charla sobre la creación de la obra, discute sobre la verdadera personalidad de Luca y sentencia: "Cuando vino a Buenos Aires, muchos dijeron 'Luca se aporteñó', pero en realidad los porteños se volvieron más como Luca".
El libro tiene una gran cantidad de testimonios, ¿cómo fue la investigación?
Yo nunca había hecho un libro ni una biografía, soy periodista, pero no me considero escritor. La investigación la empecé como si estuviera arrancando una nota. Yo había laburado en un especial de la Rolling Stone sobre Luca, que se editó en 2002, cuando se cumplieron 15 años de su muerte. Allí lo conocí a Andrea Prodan y comencé una muy buena relación. A partir de mi buena onda con él, le propuse hacer un programa en Radio Universidad, donde yo trabajaba. Durante 2003 y 2004 hicimos un programa que se llamaba Metiendo Púa, donde él traía sus vinilos y los de Luca. Continuamente me fui enterando de sus historias y anécdotas familiares. A mi me interesaba que el libro ahondara sobre eso, sobre la parte más desconocida. Por eso, si Andrea Prodan no aceptaba hablar sobre eso, para mi el libro no tenía sentido. Así fui avanzando. Durante tres años fui acumulando notas, la primera la hice en Enero del 2012 y las siguientes las fui haciendo muy espaciadas en el tiempo, porque era dificil contactar a tipos cercanos, además de que mucha gente tenía prejuicios del tipo "¿quien sos?, ¿para qué editorial es el libro?", todo el tiempo estaba esa "ideología Prodan" en cuanto a lo independiente. Llegó un punto en que tenía tantas entrevistas que era un rompecabezas, por cada momento de la vida de Luca tenía que revisar 50, 60 entrevistas, era una locura. Incluso era difícil porque algunos entrevistados se contradecían, así que había que ordenar eso. A mi me gusta mucho un libro sobre el punk de Nueva York que se llama Por Favor Mátame. Es una biografía coral donde se van entrelazando los testimonios de, por ejemplo, Iggy Pop, Lou Reed y Tom Verlaine. A mi me parece que la vida de Luca tenía mucho que ver con esa sensación de cambio y caos de cuando aparecieron todas esas bandas, así que creí que podía encajar en ese formato. Así que me largué por ese lado, armando una estructura cronológica, en total son 19 capítulos, todos ellos comienzan con un pequeño ensayo, que luego dan lugar a los testimonios. Es una historia muy ágil, yo no quería hablar de Luca desde un lugar de mucho análisis, tipo no-fiction, me parecía un despropósito.
Todos los que conocieron a Luca dicen que ese encuentro les cambió la vida, ¿escribir el
libro cambió algo en vos, como escritor o periodista?
Cuando era joven, yo estudiaba abogacía, me faltaban un montón de materias y no quería saber más nada. Estaba buscando otra cosa y me metí en un taller literario con Vicente Zito Lema, esto era en el año 88, había pasado un año de la muerte de Luca, así que escribí una nota sobre él y la relación con la heroína. Desde esa época soy muy fanático de Sumo. Encaré el libro tratando de bajar el mito, que no sea un relato apologístico. Por momentos, con esa intención, me sorprendía, porque la gente misma lo elevaba, contando historias que lo pintaban mucho mejor de lo que yo pensaba. El editor de Planeta me decía "dale, terminalo, así te lo sacás de la cabeza" y ahora que terminé el libro, hace semanas que convivo todo el tiempo con eso, hablando de él, de su historia familiar. El libro intenta romper con el mito del tano pendenciero, borracho, soberbio, misógino. Luca no era eso, pudo haber tenido situaciones, como las tuvo Charly García o Juanse, pero era mucho más que eso. Y el libro también trabaja la idea de que el rock de los 90 se hizo de Luca, de esa idea de un super hombre callejero, pero por otro lado era un tipo recontra culto. Luca podía ser así porque había leido mucho y le interesaba todo. Pero también estuvo en la carcel y se hizo un tatuaje tumbero como para decir "yo estuve acá". Hay cierta altanería en su vida, pero me parece que siempre en defensa propia. Fue un tipo que vivió escapándose de todas partes, porque no era de ningún lado. Pasionalmente era italiano, pero celebralmente era un ingles. Cuando vino a Buenos Aires, muchos dijeron "Luca se aporteñó", pero en realidad los porteños se volvieron más como Luca.
¿Crees que la influencia de Luca terminó siendo realmente importante para el rock nacional?
Me parece que él, Federico Moura y Miguel Abuelo abrieron un camino. Para mi ellos son tres paladines de la libertad, aparecen en el 81, 82 y proponían una especie de liberación, cada uno a su manera. Creo que todo eso que proponía Luca fue muy fuerte y modificó a muchas personalidades. Pero musicalmente muchas veces se toma más la actitud de ir para adelante sin importar nada, tocar como sea y como salga, y se olvida eso que había detrás de Sumo, que era una banda muy original, podía tomar cosas de muchos estilos a la vez, sin prejuicios. Creo que eso nunca más se vio reflejado en otro grupo, al margen de Las Pelotas y Divididos. Ninguna banda de reagge después de Sumo hizo reagge como ellos. Todo lo que hacían estaba bueno, pero porque había muchísimo talento, desde Mollo, hasta Superman Troglio que tocaba como un animal. La información que tenía Pettinato era importante. No me hablen de Pedro Aznar, ni de otros tipos, el bajista de rock es Diego Arnedo. Germán Daffunchio era como escuchar a Adrian Belew. Todo eso conformaba algo increible y, para mi, irrepetible.