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Vuelve The Knick

The Knick, la serie dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por Clive Owen, vuelve con su segunda temporada el 16 de octubre. Si bien su primera entrega no tuvo el éxito esperado, el proyecto de Cinemax en conjunto con HBO Max se hizo de su público.


CUIDADO, HAY UN POQUITITO DE SPOILERS



En pocas palabras, The Knick es un drama de época, situado en Nueva York, durante el 1900. En el Hospital Knickerbocker, trabaja uno de los mejores cirujanos del país: el Dr. John “Thack” Thackery (Owen), cuyo maestro y mentor se toma el trabajo de suicidarse en los primeros cinco minutos del primer capítulo, tras una operación que terminó con la vida del paciente. Thackery hereda, entonces, todo el trabajo del doctor Christiansen: el puesto de jefe de cirugía del hospital y una investigación dedicada a salvar a pacientes con “placenta previa”, es decir, mujeres que necesitaban una cesárea. Porque, a tener en cuenta, se trata de un momento de la medicina en el que no existían ni los antibióticos, ni las cesáreas. Y la anestesia era a base de cocaína.


De su mentor, Thack no solo heredó trabajo, sino también la costumbre de inyectarse cocaína para poder relajarse. Por principios del siglo XX, la droga era legal, se conseguía en farmacias y se utilizaba todos los días en pacientes quirúrgicos. Thackery es un adicto funcional, pero adicto al fin (no, no se trata de un Gregory House cualquiera, aunque sería muy fácil para los escritores ejecutivos, Jack Amiel y Michael Begler, caer en la trampa de crear un personaje similar al interpretado por Hugh Laurie).


El final de la primera temporada de The Knick no dejó bien parado a ninguno de sus personajes, por lo que la expectativa para la segunda no deja de crecer. Cornelia casada pero triste, a punto de mudarse a San Francisco y separarse de Edwards, que por su parte termina en un bar de mala muerte, en medio de una pelea. Y el querido Thack, internado en una clínica para recuperarse de su adicción a la cocaína, mediante el uso de heroína.


Sin embargo, la genialidad de The Knick no está en la primera historia. El lema de la serie es “la medicina moderna tenía que empezar en algún lugar”. Y sí, claro que hay un médico que es adicto, otro que por tener piel oscura no es respetado, romances de quirófano, y demás. Pero Soderbergh, Amiel y Begler utilizan todos estos elementos para contar una segunda historia mucho más rica e interesante: el cuerpo como campo de batalla y el hombre que juega a ser dios.


Excelentes actuaciones de Owen y sus secundarios, una puesta brillante que solo una cabeza como la del perfeccionista de Soderbergh podía crear y una historia que mantiene al espectador despierto: eso es The Knick, y no tiene nada que envidiarle a ninguna serie. Lo único que resta es esperar unos días más la vuelta de Thack a la pantalla chica.

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