Reseñas: Dodge And Burn-The Dead Weather
Dodge and burn es el tercer álbum de estudio de la banda The Dead Weather, también conocida como uno de los tantos proyectos de Jack White, quien toma el lugar de baterista y cantante secundario en este emprendimiento. White es acompañado por Alison Mosshart (The Kills) como la voz principal, Dean Fertita (Queens of the Stone Age) en guitarra principal y teclados, y Jack Lawrence (The Raconteurs, otra banda con la firma de White por detrás) en bajo.
Se hizo desear Dodge and burn. Desde 2013 que el público lo espera, cuando se lanzaron los primeros singles “Open up” y “Rough detective” en formato vinilo, a través de Third Man Records, la discografía fundada por White. La expectativa que se generó alrededor del material nuevo y futuro de The Dead Weather fue más que amplia, dado que la banda no tenía material nuevo desde su disco de 2010 Sea of cowards. Y lo mejor de todo es que no defraudaron.
Dodge and burn invita a su oyente a un recorrido en donde podrá encontrar mucho rock en temas como “I feel love (every million miles)", letras trabalenguas en canciones como “Three dollar hat”, algo de post punk en composiciones como “Let me through”, un poco de hip-hop en “Mile markers”. Un recorrido lleno de influencias atemporales: la voz de Mosshart que recuerda cada día más a la de Patti Smith, la batería de White que suena a John Bonham (y su forma de cantar que siempre es tan Robert Plant). Eso es, tal vez, uno de los fundamentos más interesantes de esta banda (y de toda la carrera de Jack White): el reciclado de elementos clásicos con un sello propio, algo que hace que sus canciones suenen un poco a Sonic Youth, a Led Zeppelin, pero también a The Dead Weather.
Y para el gran final: “Impossible winner”, una de las composiciones más lindas de The Dead Weather, y la mejor de Dodge and burn. El piano de Fertita que acompaña a la perfección la voz de Mosshart en su máxima expresión, mientras suenan violines melancólicos que se unen a una letra que habla sobre la redención. Un cierre a la altura, por supuesto. Después de un descanso de cinco años, The Dead Weather volvió: con perfil bajo, como de costumbre, pero para pisar fuerte y demostrar que el rock y los álbumes hechos y derechos de principio a fin, no murieron, ni están cerca de hacerlo.